Misión en Rusia- Horda de akumas.

... En cuanto llegó más cerca, pudo notar la gran tensión que crecía entre el Noé y la General, el primate de medida descomunales permanecía inmutable al lado de su ama, claro, quieto hasta quizá cuando...

- Vaya… hablas demasiado para ser un miembro de la familia Noé -Habló la mujer, con claro síntoma de hastio- te cerraré la boca de una vez... -Luego de eso y viendola determinada, la General Nine la miró y, entendiendo su silencioso mensaje asintió levemente, por ahora debía preocuparse de los aldeanos que estaban agrupados al otro lado... Mmm, debía vigilar que ningún otro akuma se ecercase a ellos y cuidarse a sí misma, las miraditas del chico ese no le habían dado buena espina... una parte de su cerebro se preguntaba aún donde estarían los buscadores, en estos momentos sus barreras serían de mucha ayuda para proteger las masas de gente, pero bueno, ella misma lo haría.

Dando 3 pasos adelante, seguida de Lau Jimin la rubia mujer se adelantó y con ello, un golpe de látigo en el suelo fue suficiente para que la bestia anti-akuma se fuese contra el Noé, comenzando así la pelea más dura.

Escondiéndose por entre un callejón, la pelirroja hizo el ademán de treparse al techo con agilidad y medio escondida avanzó por los tejados camuflada por los restos de humo negro que aun daban vueltas por el poblado, llegando casi junto a donde estaban las personas, las cuales miraban asustadas la pelea, ella misma en un momento se encontró contemplando con atención los movimientos de Lau Jimin, la general y aqueñ muchacho de los estigmas...

Cuando se decidió a bajar del techo, una niñita pequeña -no más de 6 años ante sus ojos- la miró un poco asustada al lado de otro niño más grande que ella, y extrañamente a los pocos segundos después la niñita le sonrió, haciendo que aquel niño junto a ella también voltease en su dirección. Un ansiano, que parecía ser el alcalde o al menos uno de los jefes de la aldea la contempló atentamente, ese fue el momento entonces en el que Mana se le acercó y le explicó en parte que era lo que ella hacia aquí y que de alguna u otra forma les ayudaría a ir a un lugar seguro...

El aroma de la sangre que se había derramado era lo bastante fuerte como para poder resiprar con total tranquilidad, como si nada hubiera pasado. Cuando Ryu tomó el último respiro de dicho olor, la Exorcista había dado ya orden a su compañero blanco para atacar.
Ryu esperaba ese momento desde hacía ya un rato. Por suerte la exorcista se dio cuenta de su impaciencia a la hora de luchar, pero, por error, ella también pensó que podría cerrarle la boca como si de una tarea cotidiana y fácil se tratara. No iba a serlo, aunque tubiera como ayuda a una colosal mascota como refuerzo o como pilar de su ataque. De todos modos, fuera quien fuese quien atacara, Ryu no se dejaría vencer tan fácilmente por nada o por nadie.

Pensamiento:
- A ver de lo que es capaz ese mastodonte de mono...

Inmediatamente a su mente volvió le imagen de dicho simio cargándose literalmente a un grupo bastante numeroso de Akuma sin nisiquiera atacar más de 5 veces: de dos puñetazos de sus potentes brazos y con sus piernas y su peso corporal ya les había hecho chatarra sin obtener magulladura alguna.
Lo mismo pasaría con Ryu si no tenía cuidado a la hora de que el primate albino atacara, ya que si le cogía, sería el fin o un momento muy cercano a él.
No obstante, el simio era lo suficientemente grande y Ryu lo suficientemente pequeño como para poder esquivarlo bastante bien, aunque eso se vería mermado en el primer ataque y un poco tambien en los siguientes, ya que se cuenta el factor sorpresa de los ataques: no se sabe a ciencia cierta de que manera atacará tu enemigo.

- Klaud... no pensé que lucharía ésta cosa porr tí la verdad... Aaah!! Y por cierto...

La mirada de Ryu, de venir de una sonrisa en su cara, se tornó en algo así como una cara llena de odio y maldad, muy seria, con los ojos entreabiertos, pero bien fijos en su objetivo, como si fuera lo único que hubiera entre tanto espacio abierto de las calles.

- ... a mi nadie me hace callar!!!

A Ryu se le vino una idea a la cabeza, pero no quiso compartirla con nadie, ya que los que había allí eran sus enemigos, y por tanto, si daba escasa información sobre lo que fuera dichos contrincantes la utilizarían a su favor, como era lógico y de esperar.

La puerta del arca se abrio y ella con su paso silencioso salio por esta; su rostro permanecía serio, imperturbable pero el ambiente del lugar no evitaba el molestarle y de cierto modo tampoco le importaba mucho mientras tuviera alguna fuente de luz y calor cercana ignoraría por completo el aire frío de Rusia.

Un suave suspiro salio de sus labios formando el vao que jugo en el aire antes de irse con este, no estaba muy abriagada aparte de lo que comodmente se había puesto y aun así el frío no era un inconveniente mayor a como lo ésperaba; suavemente la brisa mesio sus cabellos al tiempo que sus ojos observaban el paisaje -"Nada..." -Penso con algo de desdende... blanco y más blanco, nieve y más nieve, no diferenciaba más que eso pese a que a su rango de visión llegaba el humo proveniente de un pueblo a una poca distanca de donde se encontraba.

Sin mencionar palabra alguna referente a sus pensamientos e ignorando la presencia del paraguas retomo su caminar parcimonioso por sobre el camino empiedrado cubierpo por la nieve que con seguridad le conduciría prontamente hacia aquel pueblo que observaba, pero más que nada solo esperaba encontrarse pronto frente al fuego que pudiera producir.

(OFF: Como bien dice Klaud, la batalla ya pasó, y ahora describiré la situación actual de Ryu y una escusa ^^ para reingancharme a la acción sin problemas)

Ryu volvió al lugar de la batalla. Estaba cansado y pensando en qué hubiera pasado si Klaud hubiera llegado a seguir su ritmo al escapar.
Efectvamente, Ryu escapó de aquella situación dado a que todo pintaba muy mal para él: el simio gigantesco, su recien conocimiento de sus poderes, la habilidad de la mujer... aquello en ese instante le sobrepasaba. La huida era una opción remota, pero seguía siendo una buena opción en el momento en el que la batalla empezó.

Sin más miramientos al pasado, Ryu caminaba por la calle más tranquilo. El olor seguía siendo el mismo que anteriormente: fresco, humedo, con un fétido olor a sangre, con un espesura notable.
El espacio no había cambiado nada... bueno si... Ryu notaba algo extraño, como si algo le mosqueara debido a su cercanía.
Así era. En una de lascalles paralelas, se encontraba al parecer un familiar suyo: otro Noah. Había notado su presencia lo mismo que pudo notar la de la muchacha que le encontró en su aldea tumbado: Lilith.
Aquel Noé no era Lilith, pero podía sentir igualmente un olor característico, una oscuridad que lo rodeaba. De nuevo, como anteriormente sucedió, una vocecilla chillona hacía reberberar un pequeño eco pero sonoro y cercano.

-¡C-Celes-Tama! ¡Espéreme- Lero! ¡Espéeeremeee!

Esa voz chillona... parecía ser muy jugosa y apetitosa pero a la vez insoportable a los oidos del muchacho Ryu. Éste se acercó para asimilar y poder ver el o la productora de ese infernal sonidode lo agudo que era. Cuando se encontró a ligeros pasos de una esquina que le llevaría directamente hacia dicho sujeto, vió una sombra femenina que se alargaba mientras algo fino pero que se movía por propia voluntad levitaba en el aire. Aquella extraña podría ser bien una exorcista o bien una Noé: una hermana de Ryu.
sin pensarselo dos veces, Ryu giró y vió la estrechísima figura murmurando algo con la misma voz anterior. Aquel paraguas había producido ese pequeño estruendo. ante el asombro de Ryu, la muchacha parecíia mostrarse seria y callada, mientras el paraguas despreocupado se movía de un lado a otro.

- Así que tu eres esa cosa que ha podido cabrearme un poco con solo dar dos voces.

Ryu se quedó quieto mirando a la muujer. Tenía toda la pinta de estar tranquila y sosegada. no mostraba un solo atisvo de agresevidad que solían mostrar los Exorcistas, de ahí que Ryu estrechara la mano a la que, para él, era su hermana. Ahora bien... si se había equivocado, esa mano no estaría mucho tiempo así de alargada.

Solo quedaba oir la respuesta oportuna de la mujer, y con ello se aclararían sus dudas.

Suspiro cansinamente en cuanto escucho el lloriqueo del paraguas al llamarle, lo había olvidado pero era su culpa por ser tan lento; en cuanto hubo pisado ya el pueblo para su caminar para que Lero le diera alcance, su mirada violacea parecía sumida en algún punto inexistente del paraje que se le mostraba sintiendo cada uno de los olores y sonidos.

-Que lento es... -Murmuro para sí en cuanto por fin el paraguas le dio alcanse, no volteo a verle pues desde su llegar al pueblo algo en el le causaba cierta... ¿molestia?... no... era algo diferente, algo que no sabía definir bien pero no era tan fastidioso como el frío del lugar.

Un estremecimiento recorrió su cuerpo en cuanto sintió el aumento de aquella "molestia" y el tacto de una segunda mano cerrarse al rededor de la sulla; en un momento diferente hubiera apartado la mano tan rápido como le hubiera sido posible pero no lo aría, no lo veía necesario. Viro su rostro hacia el lugar de donde había venido ese toque, allí un joven y un sentimiento semejante al que sintió cuando conocio a Jasdebi le recorrió como una descarga de un inconfundible sentir.

-...Hermano... -Las palabras salían por si solas cuando ese sentimiento la envargaba, no le gustaba casí podría afirmar que detestaba que eso ocurriese pero no sabía aun como evitarlo.

Con situlice correspondió el toque, sus ojos fríos como el mismo paraje que detestaba parecieron adoptar un atisbo más calido más no sonrio no porque no lo quisiera simplemente porque no era de su agrado andar sonriendo a cada momento y lugar que pareciese oportuno pues para ella una sonrisa nunca era tan oportuna como muchos otros pensaban.

Escucho hablar al paraguas luego de desviar la vista de su hermano, le dio la impresión de que este en cualquier momento saldría volando por algún viento helado por lo que siguiendo su corazonada tomo a Lero por el mango sosteniendole dando a su vez algunos movimientos con este.

-Imagino que habrán exorcistas por estos lados -Suposiciones eran muchas las que hacía dependiendo del momento y del lugar, aun así sus palabras aunque calmadas reflejaban un cierto deseo de sertesa.

Con el venir de una pequeña brisa, desvió su mirada en a un corto trayecto en el que algo de humo pudo divisar, ¿señales de un desastre?, esperaba tal vez que si no deseaba llegar a Rusia y no poder "divertirse" a gusto.

Sonrio casi impersenctiblemente, era bien notado que ambos "hermanos" se encontraban impasientes, tal ves por estar juntos o por lo que fuera que les provocara ella bien sabía que su deseo prioritario era el poder encontrarse con los tan famosos exorcitas.

Escucho pues con atención las palabras del otro y entendio bien que el era un solitario semejante a ella que no gustaba de hacer tales cosas como una misión en grupos pero de cierto modo en esta ocación agradecía el no encontrarse sola; observo con calma como Ryu poco a poco se alejaba en la dirección en la que anteriormente sus ojos se habían fijado, le vió correr y le siguió pero con su calma casi parsimoniosa llevando bien sujeto del mango al paraguas n deseaba tener que esperarlo de nuevo. Habiendole dado alcance escucho su presentación y ella a su modo trato de ser lo más cordial posible.

-Mi nombre es Celes... Ryu-niisan -Se presento cortez como tanto había aprendido y asimilado, trato igualmente de corresponder el gesto dando una simple sonrisa que fue lo más cordial que se le dio posible.