Nombre: Zhannochka Arbuzov (por la sanidad mía y de cualquiera que tenga que interactuar con mi personaje…usen el diminutivo del nombre, Zhana xD)
Nacionalidad: Rusa (por si no lo notaron… xD; )
Edad: 16 años, 19 de septiembre
Sede: La Rama Europea
Físico: de mediana estatura, mas tirando a alta. Delgada pero no al extremo, de piel pálida y ojos verdosos-azulados. Tiene el pelo de un color rubio sucio o castaño muy claro (Algo así como el de Bak) bastante irregular, es largo hasta la media espalda pero bajando de los hombros es mucho mas escaso, como cortado en dos capas muy notorias, generalmente lleva esta parte del pelo atada, mientras que la otra queda libre sobre los hombros y espalda. Tiene un flequillo también irregular y la mayoría de las veces lleva algún gorro, banda, etc. sobre la cabeza para mantener el pelo hacia atrás y que no le moleste a la vista.
Personalidad: una persona alegre, con un alto autoestima y bastante optimista. Es de quienes piensan que las cosas tienen un motivo y que siempre de algo malo va a seguirle algún bien. Puede pasar que por momentos se encierre mucho en si y se olvide del resto o, bien que se haga la desentendida para evitar algún conflicto. A pesar de todo esto, no tiene ningún problema en contestar a las agresiones aunque generalmente sea en un sentido burlón o bromista y siempre manteniendo el enojo a un lado, es difícil irritarla puesto que, casi todo lo que no tenga que ver con ella, le importa muy poco. Tiene una alta moral y es muy celosa de lo que cree que es bueno y malo, una de las cosas con las que se podría discutir con ella al punto de que te revolee por la cabeza todo lo que tenga a mano.
Le gustan: las pastas caseras, el clima frió, la nieve, los libros o películas de acción, el deporte (le gusta esta en movimiento), viajar y conocer lugares.
No le gusta: el calor, de verdad que esto la saca que quicio. Las palmaditas en la cabeza (xD). Los vestidos. Que le hagan esperar.
Arma Anti – Akuma:
Tipo: Animal
Nombre: Dimka
En su forma "normal" es un pequeño zorro ártico de orejas un poco mas largas de lo común. De un pelaje totalmente blanco y bastante espeso, lo hace ver mucho más grande de lo que es. Duerme la mayoría del día, ya que esta es una forma que tiene la inocencia de regenerarse y de que el animal se recupere. Debido a esto ya le es una costumbre andar con los ojos cerrados a pesar de que este despierto y andando. Cuando se encuentra en estado de reposo, o porque ya le es cómodo y una costumbre, se recuesta sobre los hombros de Zhana quedando disimulado como si fuese una estola/bufanda hecha de zorro, que habría que fijarse muy de cerca para notarlo. Cuando anda despierto también se lo puede encontrar sobre la cabeza de Zhana.
Al activarse la inocencia el pequeño zorro se transforma en un imponente animal blanco de grande musculatura. El pelo se vuelve mucho mas duro, trasformándose en una especie de capa alrededor del animal, aparecen afiladas garras en sus patas y desde su, ahora, largo y delgado hocico se pueden ver como sobresalen algunos dientes. Sus ojos están abiertos y atentos, la pupila formada por una fina línea de color negra de apariencia gatuna, el iris un amarillento brillante y amenazador. La cola se divide en dos.
Para atacar además de sus naturales armas (garras y dientes), usa todo su cuerpo, gracias a su pelaje tiene una resistencia un poco mejor que la normal. Estos ataques físicos constan de la típica envestida, y en enroscarse sobre si mismo formando una rueda que se mueve voluntariamente hasta dar con el enemigo, en este caso, su pelaje lo ayuda causando un pequeño daño ya que se vuelve como un conjunto de púas.
En cualquiera de sus dos formas y siempre que el ambiente se lo permita, puede cavar en el suelo para esconderse y evitar ataques.
Historia:
Zhana vivió toda su vida en lo que podría ser llamado colegio pupilo. No esta segura de cómo llego a estar ahí puesto que reconoce las paredes del lugar desde que tiene memoria. No era infeliz ahí, aunque tampoco le agradaba estar encerrada. Tendía a aislarse, no por el hecho de no poder socializar sino porque pasaba la mayor parte del día imaginando como seria salir de ese lugar y como serian los demás países, sin nieve, sin frió y con gente nueva. Tenia su charla casual con algunas personas y era muy querida por los dueños del lugar puesto que nunca representaba una molestia y era bastante buena en lo que se refería al estudio. Si bien anhelaba conocer mas allá de la plaza que se encontraba frente al edificio, nunca se atrevió a desobedecer a sus superiores. Es así como creció a lado de una ventana, su muralla al mundo.
Las cosas comenzaron a volverse un poco mas interesantes cuando una de las personas con las que hablaba, generalmente durante las clases, se encontró a un pequeño zorro durmiendo entre la nieve de una de las esquinas del patio del colegio. El nombre de la chica era Faina, alguien que de cierta forma compartía el deseo de Zhana por salir del lugar, aunque sus intenciones fueran mas oscuras. Faina se quedo con el zorro, a escondidas de las autoridades del lugar y después de un tiempo lo bautizo como "Dimka" que era el nombre de un famoso príncipe del lugar. Zhana pasaba la mayor parte del tiempo con Faina y el zorro. Veía como en ciertas ocasiones Dimka se escurría de la habitación de Faina y con gran agilidad era capaz de saltar las murallas del lugar, con urgencia de ir a algún lugar extraño para ella. Zhana pasaba las horas esperando a que volviese, notando muchas veces que en ciertas ocasiones solía regresar con su hermoso manto blanco teñido de un color rojo, sangre. No dejaba de asombrarse al notar que en este estado, Dimka, se aferraba a ella hasta curarse en un tiempo increíblemente rápido, muchas veces antes de que pasara si quiera un día.
Así pasaron los años, Faina, Zhana y Dimka armaron un fuerte vinculo entre los tres. Si bien el zorro pasaba el mayor tiempo con la primera, quien en un principio fue quien lo encontró, tenia la extraña costumbre de descansar cerca de Zhana.
Era un día extremadamente frió cuando uno de los rumores del lúgubre lugar salió a la luz: los estudiantes empezaron a desaparecer como si nunca hubieran pisado el lugar. Obviamente la institución negaba rotundamente esto, por lo que se llegaba a desconfiar de las mismas autoridades. La cosa atrapó la atención de Zhana cuando Faina se volvió parte del suceso. Había desaparecido sin dejar rastro, dejando vagabundear a Dimka libremente por el lugar, quien parecía estar más alerta que de costumbre y se negaba a alejarse. Zhana no pudo evitar maravillarse por el instinto animal, ya que parecía entender que algo malo sucedía y que su "dueña" había" caído parte de esto. Se hecho a buscar por si misma, puesto que no parecía haber persona que estuviese intentando resolver el caso. Usando a Dimka como perro rastrero, llego hasta un túnel subterráneo, secreto de todo el mundo y por su apariencia dudaba si quiera los encargados del lugar sabían de dicho pasaje. Este lugar era inclusive mucho más oscuro y triste que el que se encontraba sobre la tierra. Agua recorría el piso, como si se hubiera roto una cañería, las paredes también permanecían húmedas y un constante goteo podía oírse. Recorrió el lugar a fondo, sintiendo como se perdía en la inmensidad del lugar, posiblemente un laberinto; y con lo único con lo que se topó fue con una extraña esfera, gigante, que parecía patrullar el lugar. Su error fue gritar en cuanto hizo contacto visual con la "cosa", parecía tener una especie de cara, con la boca abierta en un silencioso grito de desesperación. Zhana intento correr, volver a la superficie, pero el agua le molestaba al moverse por lo que trastabilló varias veces, alentándose su paso hasta el punto de quedar totalmente a la merced de su perseguidor, quien le apuntaba con gigantescos cañones. La explosión retumbo por todo el lugar, varias balas habían sido disparadas y, al impactar, hicieron que el lugar se estremeciera. La chica rusa, quien ya se daba por muerta, volteo a ver como una enorme cortina de humo invadía el lugar, incluida ella. Retrocedió, un acto instintivo ante lo desconocido, aunque fue alcanzada por la cortina y pudo sentir como poco a poco los pulmones se le encogían y se quejaban ante la extraña sustancia, era alguna clase de veneno. Rápidamente de entre la humareda surgió una gran criatura blanca –las marcas de las balas frescas en su piel-, quien se posó sobre la chica y disipó el humo con sus dos colas, devolviéndole el aire a quien protegía. Si bien, el animal tenia una imagen potencialmente amenazadora y de una bestia de algún libro de mitología, Zhana no se sentía en peligro, sino que percibía un ambiente de familiaridad y seguridad, no le fue difícil descubrir que se trataba de Dimka quien de alguna forma se había transformado. Dejó a su razonamiento de lado, y miró batallar a las dos criaturas, ya nada le hacía sentido por lo que cerró los ojos, como quien espera despertar de una pesadilla. Aunque pesadilla no es la palabra para describir lo que la rusa sentía en ese momento, de alguna extraña forma todo su temor, preocupación y curiosidad habían desaparecido y solo quedaba un extraño espíritu de batalla y a pesar de estar ahí sentada, con agua hasta la cintura, sentía que podía llegar a vencer todo obstáculo que se le opusiera, se sentía poderosa. Y como, todo buen amigo de la vida, se levanto, e hizo todo lo que podía hacer en el momento: apoyar desde lejos a su compañero. Gritó su nombre, con una extraña fuerza que no conocía, con gran seguridad y poder. Y, al parecer, el gran zorro reaccionó a su voz, y de un potente y lujoso ataque terminó con el enfrentamiento y sin perder el tiempo se echó a correr cargando en su espalda a Zhana y dirigiéndose por entre las piedras de la cueva, rompió el techo, impulsándose en el aire y ganando una gran visión del lugar y todo lo que lo rodeaba. Pudo ver como otras criaturas iguales a la que había visto segundos atrás, invadían el instituto, parecían buscar algo. Ese extraño sentimiento reapareció en ambos, y pasaron todo lo que quedaba del día exterminando a los invasores y buscando a su amiga.
Fue a la mañana siguiente cuando se pudo dar la batalla como finalizada. El lugar había quedado destrozado, la gente había huido o quedado atrapada entre los escombros, o, en el peor de los casos había sucumbido ante el enemigo. Zhana se encontraba recostada contra lo que quedaba de una de las paredes, sosteniendo a la inconciente forma de Dimka. Le acariciaba el pelaje, rojo de sangre y marrón por la tierra, no había sido fácil pero el pequeño zorro era una criatura valiente.
Muy metida en sus pensamientos estaba, que no pudo captar los pasos que se le acercaban. Un hombre se paro a su lado, el bloqueo del leve sol que recién comenzaba a salir, le advirtió de la presencia del tercero. Alzó la cabeza sin saber como reaccionar. Era un hombre extraño, vestía con lo que parecía ser un largo tapado marrón y traía puesta la capucha de la misma. Este le sonrió y le tendió una mano, un gesto de ayuda, que al contrario de los comunes gestos ofrecidos por los rusos del lugar, era calido. Gratamente la tomo y se puso de pie algo tambaleante, no sabia por qué de repente se sentía tan débil. El hombre le contó que era a lo que se llamaba "rastreador" y que su misión era ir a investigar sobre la extraña desaparición de los alumnos. Le explicó sobre los akumas con los que se había enfrentado y sobre la rareza que habitaba en el pequeño animal. Había sido testigo de la pelea, de cómo la inocencia había sido utilizada contra los Akumas y como habían reaccionado ambos ante el extraño poder. Le explico con lujo de detalle sobre los exorcistas y de los motivos por los que potencialmente ella podría ser uno de ellos.
Sin nada que extrañar y teniendo bien entendido lo que había sucedido no solo con ella sino con las personas que habían desaparecido, se dejo guiar por el rastreador. Después de todo, ya no tenía motivos para quedarse en ese lugar y además, esta seria una buena oportunidad para cumplir parcialmente su sueño de salir a recorrer el mundo, pero no como turista como planeaba desde un principio, sino con el título de Exorcista.
