- Exorcista
Nombre: Sora
Edad: 21
Sede: Orden oscura
Físico: Es un chico de estatura media, de tez pálida y ojos de color azul claro, su pelo es rubio y no muy largo, es bastante caluroso y no le gusta ir muy tapado. Lleva su inocencia colgada en el cuello.
Personalidad: Sora es algo distante con los demás y al principio puede parecer algo serio, pero en realidad es una persona bastante curiosa, que se queja por todo y que no le gusta dar palo al agua, le encanta poner excusas para todo y es difícil saber lo que está pensando. Es un tanto cínico y no le gusta crear falsas esperanzas.
Arma Anti – Akuma: Ice cross (Si consigo colgar la firma en algun momento, sale la cruz.) Es una cruz normal, en cada punta hay tres circulos.
Nivel 1: Freeze twig- Alrededor de la inocencia se forma una barra de hielo que sora utiliza a modo de arma, todo aquello que entra en contacto con la vara queda congelado.
Nivel 2: Ice control - El hielo recubre el brazo derecho de sora hasta llegar al hombro y parte del izquierdo, permitiéndole manipular el hielo que genera su inocencia a voluntad, pudiéndolo hacer cambiar de forma.
Nivel 3: no sabe no contesta…
Historia: Sora nació y creció en Siberia, se podía decir que había tenido una infancia feliz.
Al ir creciendo sus expectativas cambiaron, ya no se conformaba con la vida que llevaba en Siberia, era un lugar demasiado aislado y frio, en el cual moriría en el mejor de los casos siendo un cazador. Aquella idea no le gustaba, quería llegar a hacer algo importante y decidiendo que en aquel lugar su sueño no se llegaría a cumplir decidió partir.
Tras muchas discusiones al respecto Sora decidió abandonar aquel lugar llevando como único equipaje la ropa que llevaba y algo de dinero. Sin despedirse de sus padres ni sus conocidos embarco en uno de los barcos que salía del puerto.
El lugar de destino poco le importaba, estaba decidido a salir de aquel lugar.
Poco se esperaba lo que estaba a punto de suceder…
Poco después de salir del puerto unos disparos en cubierta alertaron a la tripulación, algo estaba sucediendo y a juzgar por los gritos de terror no podía ser nada bueno.
Sora se armo con una vara y corrió por las escaleras hasta llegar a la cubierta del barco, lugar en que acababa de haber una masacre, los marineros estaban tendidos en el suelo retorciéndose de dolor, Sora se acercarse a uno de los marineros para intentar ayudarle este se transformo en polvo.
Sora quedo impactado por lo que acababa de ver, era algo inaudito, no podía estar sucediendo aquello, dejo caer la vara y retrocedió hasta dar con la baranda que delimitaba el barco.
Se incorporo como pudo apoyándose en la barandilla, y miro a su alrededor en busca de lo que había ocasionado tal caos. No tardo en obtener su respuesta, una esfera coronada con una especie de mascara apareció al otro extremo del barco. Sora quedo petrificado, incapaz de reaccionar, sus sueños se empezaron a esfumar, por algún motivo aquello parecía ser su final, cerró los ojos deseando que todo lo que tuviera que suceder pasara lo antes posible.
Oyó el ruido de disparos y tras aquello la barandilla cedió, haciendo que Sora cayera tras esta.
Noto el impacto contra el agua helada, parecía que cientos de agujas se clavaban en su cuerpo, no intento resistir, simplemente pensó que sería inútil intentar retrasar lo inevitable.
Se hundió lentamente, mirando el cielo estrellado, y unas llamas danzarinas procedentes del barco, el poco aire que le quedaba salió despedido hacia la superficie, y tras esto todo se volvió oscuro…
De repente una sensación cálida, Sora cogió aire profundamente y se incorporo. Estaba en una habitación de madera, sobre una mullida cama y tapado con mantas.
Puso su mano izquierda en su cara, recordando todo lo que había sucedido, se reprocho el haberse dado por vencido tan rápido, el no resistirse, tan pocas ganas tenia de vivir…
Una lágrima broto de su ojo derecho, quito su mano izquierda y se restregó el puño derecho por la mejilla.
Noto algo frio en su mano e intento abrirla, le costó un poco, parecía tenerla entumecida, al abrir la palma encontró en ella una especie de cruz, coronadas sus puntas con tres esferas.
Alguien entro a la habitación y Sora cerro de nuevo su mano para que la persona que acababa de entrar no pudiera ver aquel objeto.
El individuo iba ataviado con una especie de chaqueta marrón, no hizo ningún gesto ni dijo nada, simplemente se quedo quieto, mirando a Sora, sin mediar palabra.
Sora incomodo volvió a estirarse dando la espalda al desconocido, tapándose la cabeza con las mantas.
Cuando aquel individuo salió de la habitación Sora aprovecho para coger su ropa y escapar por la ventana, era algo descortés y precipitado, pero no creía merecer tal cortesía de un extraño.
Volvió a su casa como si nada hubiera sucedido, volvió a la monotonía del lugar, pero algo había cambiado, aquella cruz que había encontrado… De donde habría salido…
Unos días más tarde de su regreso llamaron a la puerta, al abrirla Sora se topo de cara con el hombre que lo había acogido, este iba acompañado por otra persona ataviada con un traje negro y plateado.
Poco después sus dudas fueron resueltas y su deseo de viajar se vio cumplido, su mundo se tambaleo pero acepto todo lo que le explicaron…