Comenzando la busqueda - Saga Cross Road's

En aquellos momentos de tensión suprema se logran escuchar unos pasos lentos y serenos, los científicos histéricos y los buscadores que corren de un lado a otro alarmados por las noticias se detienen totalmente al observar una figura para muchos conocida para otros digna de renombre, y para la menoría que bien lo conoce causa de una extraña expresión de sorpresa.

Es así que un sujeto de avanzada edad se adentra en los pasillos de la Orden, su grisacea cabellera alborotada y vagamente sujeta en una cola de caballo acompaña una vestimenta casual debajo de una larga gabardina negra con detalles en dorado que simbolizan su alto rango entre las filas de los exorcistas, mientras que una serie de papeles adornan una mochila que reposa en su hombro derecho.

- Jhm, que gusto me da de verlos a todos bien - Exclama el General con un rostro amigable que brilla gracias a una cálida sonrisa oculta tras su abundante y descolorido bigote - Por cierto, les traje un regalo... espero disfruten tanto de ellas como yo - Agrega dejándoles una serie de pancartas con dibujos detallados de diferentes ciudades en todo el globo, a lo cual responden los extrañados miembros con una sonrisa vaga y nerviosa, limitandose a ver al extravagante elegido de dios alejarse en dirección a la sala de cámaras.

- Link-kun, siempre tan energético, tal vez deberían dejar que Komui-kun se explique - Menciona en tono paterno el viejo Tiedoll entrando en aquella habitación donde se encuentran los ya nombrados miembros de la orden, con sus ojos derramando un par de lágrimas tras sus gruesos anteojos en señal del gusto que le da el vera esa gente conocida para el sin daño alguno.

Un extraño brillo baña los lentes del viejo general, ocultando tras el reflejo lumínico de los cristales sus melancólicos ojos que se postran de manera sospechosa en el recién llegado secretario, demostrando en el acto la falta de confianza para el mismo, lo peor del asunto es que a pesar de lo drásticas y malignas que puedan parecer sus decisiones, su alto rango obliga al anciano exorcista a mantener su opinión callada.

"Allen-kun escapo... jhm, me pregunto si es por...él" Menta para si el de cabello percudido ignorando totalmente la discusion de ambos miembros de la Orden, manteniendo su rostro fijo en el suelo, cosa que facilita el saber que tiene algo en su cabeza, tantas cosas de golpe... y mas que nada una serie de importantes dudas, las cuales aun siendo vagas ante sus ideas, parecen cobrar mayor importancia.

De la nada su rostro pensativo desaparece para dirigir una despreocupada mirada hacia el supervisor, mostrando nuevamente sus ojos que recobran aquel destello radiante de amabilidad, que acompañados de una ligera sonrisa tras su abundante bello facial irradian un gran gesto de confianza mientras musita algunas palabras - Bien, entonces no hay tiempo que perder... no podemos dejar que un exorcista se aleje de nosotros... Lavi-kun emprendamos marcha, tenemos una misión que cumplir - exclama el experimentado exorcista con su tono paternal, pero de manera seria a su vez, que es lo que realmente piensa del asunto? o que planea hacer al encontrarse con Allen, como general debe llevar a cabo su misión de manera precisa, pero... acaso es capaz de obligarlo por la fuerza?... esas cosas tal vez ni el puede responderlas en este momento, lo único que sabe es que debe encontrar al chico antes que el Conde.

"jhm estos chicos"

Menta el ya experimentado exorcista al ver a los dos jóvenes llenos de energía para dicha misión, con solo ver esa escena las preocupaciones y dudas que circulan su mente se vuelven minúsculas, casi hasta el punto de desaparecer, inclusive una sonrisa se dibuja tras su abundante vello facial, así, con un ligero movimiento de sus pies se coloca a un lado de sus compañeros de viaje, colocando sus palmas en el hombro correspondiente de cada uno - Pues entonces... me avisan cuando decidan un lugar - Exclama el viejo cerrando sus ojos de manera amistosa, para como acto seguido, voltearse y dirigirse a la salida de la habitación, pasando por un lado del secretario, frenándose justo en la puerta para girarse a los presentes.

- Ah y Link-kun, si puedes traeme también un pastelillo -

Agrega alegremente mostrando una sonrisa tan cálida como el sol hacia todos ellos, aunque dirigiendo su piadoso mirar hacia el supervisor Komui, como si tratase de decirle que todo saldrá bien, para después salir del lugar, en busca de su antigua recámara, seguramente necesitaria nuevo material para sus pinturas.