Descansando después de la batalla... Cross Road's

Parecía mentira todo lo ocurrido horas atrás. La horda de akumas que se había cernido por toda la región del poblado ruso del norte, los esfuerzos conjuntos de la pelirroja y la general por acabar con cada una de esas máquinas asesinas. Tranquilas ahora se hallaban, caminando entre la nieve por llegar al pueblo vecino para así contactar con la Orden Oscura e informar de los detalles. Ellas aun no sabían que habían enviado a dos exorcistas como apoyo para la misión.

La nieve estaba por llegarles a la rodilla. La mujer sentía las pantorrillas heladas y entumidas muy a pesar de estar cubiertas con sus altas botas de viaje. La ventisca había cesado por fortuna, sentía las hebras de sus cabellos tiesas en sus hombros y espalda. Aunque en comparación con el pequeño bulto blanco que se refugiaba en el interior de su abrigo en busca de calor lo suyo era una niñería. Su mascota detestaba el frío más que a nada, y ya empezaba a temer el que se enfermase exponiéndolo mucho a esas temperaturas tan extremas.

Alivio fue ver al final del recorrido las casas iluminadas del siguiente pueblo y las luces que alumbraban las calles. Eso motivó a las viajeras a continuar ya que sus esfuerzos eran por fin recompensados. Lo primero sería pasar por alguna posada para sacarse el frío del cuerpo y comer un poco. En realidad recordaba que en todo el día no había probado bocado alguno, el incidente en la posada anterior le había impedido desayunar. Ahora que lo pensaba había pasado todo el día en constante batalla contra los akuma y aquel miembro de la familia Noé. La noche había caído y era hora de descansar.

…

La posada en la que consiguieron arribar era humilde y bastante acogedora, con sus paredes de un tono naranja pastel y su piso de tablas. La comida había sentado bastante bien, más que a ella a su pequeño compañero quien había devorado el triple de lo que usualmente una criaturita como él consumía. Lau Jimin también había quemado bastantes energías aquel día y su inocencia le estaba pasando factura a través del voraz apetito que tenía. Dejando como resultado a un adorable simio con el buche casi a reventar. Klaud parecía satisfecha, ya que mientras comía una leve sonrisa pacífica se asomaba a sus labios.

Por fin, estaban descansando.

El camino hacia la nueva ciudad había estado de lo más espantoso, incluso más que cuando viajaron a aquella montaña para acabar con la fábrica de akumas, ni en ese momento la nieve les llegó tan arriba, sentía que la pantorrilla y la pierna completa se le congelaban, ni sentía los dedos de los pies pese a lo abrigadoras de sus botas.

Para su gran agrado, las luces de las casas vistas a lo lejos brillaban y eso le encantó, por fin se podría dar una ducha y soltar su húmedo y pegajoso cabello, el cual había amarrado en una coleta alta, llevandose así hasta el flequillo hacia atrás... quería volver a sentir que tenia dedos en los pies y algo de comida no le sentaría mal, es más... mataría si era necesario por un plato de sopa...

Un rato después de por fin estar en aquella posada con la general y Lau, todos comían gratamente, incluso el pequeño simio que deboraba todo a su paso. Sabía bien que las inocencias del tipo parásito exijían un desgaste aún mayor, prueba fiel era Allen, quien comía casi por la Orden completa... Allen... el nombre le hizo recordar todo lo que iba pasando hasta entonces.

De la nada, dejó de comer y miró a la general, quien sonreía silenciosa y pacíficamente mientras miraba a su pequeño simio.

-General... ¿Deberiamos comunicarnos con la Orden? y no es por ser impulsiva, pero necesito noticias de los sucesos, estoy intranquila...- Comentó la pelirroja a su compañera, mientras aguardaba por sus palabras ella se quedó mirando por la ventana.

La mujer permaneció unos momentos en silencio. En cuanto Mana le expuso su inquietud solo se limitó a abrir los ojos y mirarle con apacible tranquilidad. Ciertamente ahora que lo recordaba tenía muchas cosas que informar a la Orden, no solo sobre su misión allí en Rusia, sino además de que ella y Mana partirían a las Vegas para colaborar con la investigación de la desaparición de Allen. Aparte, ella también necesitaba tener noticias de ello. Aparentemente la general no debería saber nada de lo ocurrido, ni ella ni Mana. Por lo que tendría que recurrir a su astucia para lograr ir a las Vegas a resolver el misterio.

- No te preocupes… me encargaré de ello ahora – musitó tranquilamente mientras se reincorporaba. Ya no llevaba el abrigo de la Orden y se encontraba vistiendo la ropa que llevaba debajo. Una sencilla blusa manga larga negra de cuello alto idónea para el frío y unos pantalones blancos ajustados, acompañados de sus botas de viaje. Ahora que lo recordaba no llevaba consigo equipaje alguno desde que pasó por China. Por supuesto, lo había dejado en Moscú asegurado con un contacto para en caso de que regresara. Lo pediría de regreso en cuanto determinara hacía donde dirigirse.

Cerró la puerta de la cabina del teléfono público que había en la residencia. Conectó su Golem al cable del aparato agradecida de que hubiese tono. Ahora que tenía señal solo bastaba esperar que al otro lado del auricular se escuchase la voz del supervisor. Esperaba que fuese él quien contestase y nadie más, no tenía para perder el tiempo.

Mientras el tono de llamada repicaba en su oído tenuemente, esperando…

[Off: en este solo post se llevará a cabo la conversación de Komui y Klaud. Con el permiso de Dream Theater para usar su personaje]

Komui quien había superado parte de su agotamiento ante la delicada situación de la Orden con la desaparición del exorcista Allen Walker, se hallaba ahora en el asiento de su despacho, adormilado apoyado en la tabla de su escritorio, con los brazos sirviéndole como almohada provisional al igual que unos cuantos papeles colados que hasta los momentos le rodeaban entre medianos pilares de papel. Los más altos ya habían sucumbido a la gravedad y esparcido alrededor del suelo. Ese ambiente jamás cambiaría.

El teléfono que yacía a su derecha empezó a repicar.

- Supervisor… tiene una llamada – escuchó decir a Reever de lejos. Le daba pereza tanto el levantarse y atender esa llamada…

- … ¡Supervisor… es la línea del Golem de la General Nine! – exclamó Jhonny desde otro extremo del ala. Ahora sí se había despertado.

Se incorporó bruscamente de la impresión - ¿Qué?... – y el teléfono seguía repicando. Dejó su sorpresa para otro momento y tomó el auricular llevándolo a su oído y acercó la bocina para hablar…

- ¿Komui…?

- Si, habla Komui Lee General… ¿Cómo se encuentra? ¿Cómo esta Mana? ¿Lograron encontrarse con los buscadores y los exorcistas? – las preguntas salieron tan espontáneas que no dieron permiso a la vergüenza por atacar a la mujer con incógnitas. Luego vendría el bochorno al escuchar el silencio de la mujer – lo… lo siento… me precipité demasiado…

- Solo estamos Mana y yo, nos encontramos bien en un pueblo cercano a la capital…

- Ya veo… entonces los buscadores y los exorcistas no dieron con ustedes…

- Si ellos aun están aquí podemos reunirnos con ello – respondió la mujer con su tranquilidad característica.

- Por supuesto… - el científico pareció titubear al otro lado de la línea, ahora que lo recordaba… el Secretario le había dicho algo tiempo después de haberse reunido con él para discutir el caso de Allen. Y era algo que no ameritaba espera – pero, me temo que eso tendrá que quedar para después…

Al otro lado de la línea la mujer arqueó una ceja escéptica para expresar su sorpresa - ¿Qué quieres decir con eso, Komui?

- Hay algo que me encargaron de avisar al primer general que encontrase disponible… y en realidad a los otros dos no se encuentran en disposición… - respondió seriamente.

- ¿De qué trata eso? ¿Viene por parte del secretario Lvellie? – adivinó. Era más que evidente.

- Si… tiene que dirigirse a Francia, a la ciudad de Paris. En las oficinas de correspondencia internacional hay un paquete a nombre de la Orden Oscura. Por supuesto esta bajo custodia secreta y solo alguien de su rango puede retirarlo… ¿Podrá hacerlo?

- Lo haré. ¿Dejo que Mana regrese a la Orden o… la enviarán a otra misión?

- Será mejor que vaya con usted, es algo de suma importancia... no puedo especificarle bien que… pero mientras se encuentre en manos seguras no habrá problema… - ahora sonaba preocupado.

- Entiendo… ¿No ha habido novedades en la Orden? – se atinó a preguntar.

- … en realidad… si. El exorcista Allen Walker abandonó la Orden en el Arca Blanca y ahora se le esta buscando en las Vegas, según indican las coordenadas arribó allí y o se sabe nada más… desconocemos el porque ha hecho esto… siquiera tengo la menor sospecha de que puede estar pasando…

- ¿Enviaron a alguien a buscarlo? - respondió disimulando el estar al tanto.

- Solo al inspector Link y a un grupo de exorcistas… aun no tenemos ningún tipo de noticia y eso nos tiene preocupados.

- En ese caso, terminaré cuanto antes la labor del paquete. Mantenme al tanto de todo Komui.

- Si… estaremos en contacto.

Al colgar el auricular, el hombre se desplomó de puro cansancio sobre su escritorio. Sentía que un peso se le había quitado de encima. La general y Mana estaban bien, aunque Liv y Aarón quedarían solos… y de Allen aun no habían noticias.

Lo curioso era, que tenía el presentimiento de que el chico estaba bien. En buenas manos quizás.

O quizás no.

internamente las ansias se posesionaban de ella cual ánima, primera vez que pasaba algo así con ella y no le gustaba, sabía que era en esos estado que una persona podía hacer o cometer imprudencias y no deseaba ser víctima de ellas.

El rato que la general hablaba con Komui se le hizo eterno, pese a no ser más de unos 5 o 10 minutos, estaba marcando los segundos con el pie derecho y a cada momento sentía que se aceleraba el taconeo.

-Maestro y alumno son unos tarados -susurró para sí en un suspiro, en el preciso momento que ubicaba instintivamente el puente de su nariz entre los dedos pulgar e índice.

Saliendo de su ensoñación, miró por la ventana y pudo ver como de la nada dejaba de caer la blanca y congelante nieve y eso ante sus ojos era algo bueno, no tendría que volver a congelar sus pies ni su cuerpo allá afuera, al menos no en exceso.

Colgó el auricular, casi al mismo tiempo que Komui en la otra línea. Le bastaron unos pocos segundos para resolver lo que harían a partir de ahora. No le gustaba nada la idea de dejar el equipo de búsqueda a sus anchas en Rusia. Pero mucho menos desatar la desesperación del supervisor a causa de la impaciencia del secretario Lvellie. Retiró el cable que conectaba a su Golem y guardó este. Salió de la cabina telefónica con el mismo perfil tranquilo e impasible.

Encontró a Mana bastante distante, imaginaba que quizás estaba pensando en la situación del muchacho peliblanco y por supuesto, preocupada por este. También se percató de que su pequeño simio dormía a pierna suelta sobre la tabla, con una respiración relajada que como un sube y baja resaltaba en abombado buche. La rubia habó con suavidad solo para llamar la atención de ambos que en su momento estaban en otro mundo.

- Parece que tendremos que irnos inmediatamente a Paris – advirtió.

En lo que miraba por la ventana, no parecía pensar en nada más que no fuese el saber como andaban los cosas por el continente americano, un viaje hasta allá sería largo y carcomedor, pero era necesario. En ese momento, no se dió cuenta que la mujer volvía a reunirse con ellos...

-...irnos inmediatamente a Paris - Fue todo lo que logró oir al salir de sus pensamientos, volvió la mirada a la general, quien tenía el rostro apasible de siempre, no sabía si era bueno o malo, pero al mirarla le daba cierto deje de tranquilidad.

-¿Paris? -cuestionó ahora más compuesta -¿Allen está en Paris? -Por qué en ese momento nada encajaba, nada de lo que estaba pasando encajaba en el puzzle de su cabeza, pero no demostraría mayor ansias... al menos, no por ahora...

-¿General, qué le ah dicho Komui? - volvió a interrogar, en ese momento vio como el pequeño Lau se incorporaba perezosamente de su breve siesta, mirando a su domadora... al parecer, la mujer por fin tenía la atención de ambos.

Inmuta ante la actitud compuesta de su compañera pelirroja. La general continuó como si jamás hubiese sido interrumpida. Mientras el pequeño y ahora satisfecho mono blanco trepaba ágilmente al hombro de su dueña tal como lo haría un niño que ha extrañado la presencia de su madre. Prosiguió:

- Que debemos ir a Paris, hay un paquete por parte de la Central bastante importante que debe ser retirado. Al parecer somos las únicas que podemos hacerlo sin muchos contratiempos ya que los otros generales están ocupados. Komui pidió que me acompañaras para mayor seguridad…

- Sin embargo – continuaba suspirando bajamente y sentándose nuevamente en su sitio – de Allen aun no se sabe nada más… aun continúan en su búsqueda.

- También me ha dicho que enviaron a un grupo de dos exorcistas y buscadores a buscarnos. Por lo visto no nos reuniremos con ellos.

La mujer dejó de hablar por un momento para luego tomar una manzana del canasto de frutas que había en la mesa, la cual estaba semi vacía gracias a los estragos del hambre de su simio. Con la misma calma meditabunda tomó un cuchillo de cortar y empezó a desmenuzar un trozo con concha. El primero en tomarlo fue su querido simio a quien se lo extendió desde el hombro, este pasó a devorarlo con prisa entre sus manitas.

- No voy a obligarte a venir conmigo… pero apuntaré que no estoy de acuerdo con que acudas tu sola a Norteamérica. Nada garantiza que Allen este todavía allí. Él aparte del Arca puede moverse por otros medios, si hubiese sido por el Arca ya lo hubiésemos sabido… La central controla muy bien sus movimientos.

El siguiente trozo se lo extendió a Mana sin esperar nada realmente.

- … Y puede que no este tan solo como creemos – agregó y un tercer trozo de manzana para ella. No tenía pruebas de lo que decía, solo sacaba conjeturas. Pero sacando todo aquello de plano tenía un extraño presentimiento sobre aquel hecho. Klaud no es una persona supersticiosa ni cree en el destino, más aun sabe que las cosas pasan por alguna razón y hay ciertos sucesos que son inevitables. No hay nada escrito aun se dice, pero puede que existan ciertos hechos que deben ser predichos para que puedan ser cambiados o modificados.

Mientras comía de aquella manzana pacientemente, esperaba por la respuesta de Mana a quien sin importar lo que decidiese no le juzgaría. Y como una broma intencionada, reparó en lo brillante que era aquel rojo de la piel vegetal del dulce fruto. Ese rojo le recordó su meditación bajo la nieve, mientras llevaba aquella persecución de akumas en medio de la tormenta.

Continuó comiendo de la manzana, trozo a trozo sacado finamente del cuchillo.

En lo que Miraba a Lau trepar el hombro de su ama, la colorina aguardaba por la respuesta a su pregunta, centrando toda su atención en la general que inmutable una vez más comenzó a explicar la situación

- Que debemos ir a Paris, hay un paquete por parte de la Central bastante importante que debe ser retirado. Al parecer somos las únicas que podemos hacerlo sin muchos contratiempos ya que los otros generales están ocupados. Komui pidió que me acompañaras para mayor seguridad… Sin embargo -Suspiró la mujer antes de seguir con la explicación -de Allen aun no se sabe nada más… aun continúan en su búsqueda.

-Oh... -fue todo lo que logró pronunciar con un deje de desepción y resignandose por ahora a no saber más, aun que al final algo le decía que no habrían noticias del albino, bajó la vista hasta sus pies descalzos, seguía sintiendo dentro de si un poco de inquietud, mas no sabía porque la sola mensión de Paris la habría hecho tener una ligera sensación de sospecha, no lograba recordar nada y menos hacerse a la idea de que podía contener dicho paquete que urgía por ser retirado.

- También me ha dicho que enviaron a un grupo de dos exorcistas y buscadores a buscarnos. Por lo visto no nos reuniremos con ellos. - Interrumpió la voz de la mujer ubicada frente a ella, se encontró alzando la vista imediatamente con apenas siquiera haber dicho "exorcistas", algo sorprendida quizá por la noticia no supo que decir a aquello y solo le quedó como último recurso esperar porque aquel equipo estuviese bien.

- No voy a obligarte a venir conmigo… pero apuntaré que no estoy de acuerdo con que acudas tu sola a Norteamérica. Nada garantiza que Allen este todavía allí. Él aparte del Arca puede moverse por otros medios, si hubiese sido por el Arca ya lo hubiésemos sabido… La central controla muy bien sus movimientos. -Le dijo seriamente a la pelirroja y aquello solo la hizo sonreir de medio lado, pero sin un ápice de alegría. -Y yo que pensaba que las ansias estaban bien disimuladas... -Ante el ofrecimiento del trozo de manzana, lo tomó -Gracias- y se lo levó a la boca para darle una mordida pequeña, antes de tragarselo y volver a hablar... -Klaud gensei, iré con usted hasta Paris, no necesito precipitarme, eso no sería bueno y al final eso terminaría haciendo más difíciles las cosas para todos y principalmente Komui, quien tiene que lidiar con Lvellie -dijo recordando por un momento lo que había alcanzado a oir antes de salir de la orden... -Entonces... -dijo como quien no quiere la cosa, pero se estaba poníendo más inquieta que antesy sabía que la general se daría cuenta -¿Nos preparamos para salir...?

Hizo un alto al cuchillo en el cual centró toda su atención en la respuesta de Mana, le miraba con los ojos entrecerrados, escrutando su expresión como si leyese lo que ella misma traducía en palabras. Frente a ella el pequeño simio devoraba con sus pequeños dientes una serie de trozos de manzana que su dueña había apilado aparte solo para él, así no le provocaba ansias de ruego cual niño pequeño.

- Pasaremos la noche aquí, hemos pasado todo el día haciéndole frente a los akuma sin parar – contestó sin mostrar un solo dejo de cansancio, a lo mejor era por los años en el campo de batalla que sabía mantenerse en circunstancias críticas sin demostrar agotamiento. Si debía ser eso, porque en realidad estaba cansada. El ritmo de viaje que había llevado desde hacía semanas casi no le permitía relajarse mucho.

- Mañana temprano partiremos a la capital que no se encuentra muy lejos de aquí. Pasaremos buscando mi equipaje allí y partiremos a Francia – resolvió mientras se incorporaba, dejando el fruto hecho un fino rectángulo el cual Lau se encargó de sacar toda la pulpa que quedase dejando solo el hueso.

Se volvió dándole la espalda a Mana para dirigirse a la recepción y solicitar una habitación. Cuando la mujer recibió las llaves con la ficha e indicaciones de donde se encontraba la alcoba, el rostro de la mujer aunque calmado, empezaba a verse cansado. Ansioso de que el ritmo de la marea bajase solo un momento.

[Continuamos en Caos, cuando Allen valla hacía allá. ¿Qué dices?]

En lo que miraba a la mujer , sus palabras le parecieron muy apropiadas, una buena noche de descanso antes de comenzar unnuevo viaje se oía fenomenal pata ella, estaba bastante cansada, así que sin decir otra cosa asintió a la general y se puso de pie, Sería buen momento para pedirse una habuitación para descansar y por fin darse un baño caliente y quitarse la suciedad y nieve de encima.

Para cuando volvió a aquella salita en la que habían estado platicando, la general se había ya marchado y ella tomó rumbo equipaje en mano hasta la alcoba que le habían dado, Tomó un baño en la tina tardándose varios minutos y luego salió dispuesta de muy buena gana a meterse en aquella cama que siendo no muy grande se veía cómoda y si que lo era, en cuanto su cabeza tocó la almohada, se sumió en un sueño profundo algo animada ya que por fin podría salir de tan helado país.

[off: Me parece bien, tu partes y yo te sigo Wink

]

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