D. Gray-man Revenge
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Foro dedicado a la serie y manga de D. Gray-man. ¡Salvad las penosas almas de los Akuma!
 
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 Cross Roads... Preludio

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† Cross †
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MensajeTema: Cross Roads... Preludio   Cross Roads... Preludio EmptyVie Oct 24, 2008 1:30 pm

Estrepitoso es el crujir de una aparentemente tranquila caravana al avanzar por la desértica zona de Norteamérica. Decenas de carretas se pueden apreciar una tras otra llevando absoluto órden y siendo conducidas con diligencia por oficiales del ejército de Estados Unidos. Una gran cantidad de soldados se pueden apreciar reunidos en torno a las mismas avanzando con pesadumbre sin perder su formalidad. Sobre sus respectivos hombros van cargados sus rifles en la habitual pose de marcha militar imponiéndose por donde pasan logrando cautivar las curiosas miradas de los pueblerinos de los poblados por los cuales atraviesan.



Al frente de ellos se puede apreciar un orgulloso capitán liderando la escolta con una sonrisa afable que refleja su cálida y grata personalidad. Sobre sus rubios cabellos un sombrero bastante empolvado pero de grandísima utilidad en un desierto como ese oculta sus cerúleos ojos que escrutan el terreno en búsqueda de amenaza alguna. Con la situación como estaba, existía la gran posibilidad de recibir un ataque indio cosa que comprometería a la parte intermedia de dicha caravana.



- Señor, los exploradores que enviamos hace algunos minutos aún no han regresado. –



Advierte temeroso un primer oficial mostrando un tono de voz nervioso y bastante tenso. Aquella noticia parece caerle terrible al capitán cuya sonrisa es sustituida por un gesto severo y algo consternado. Su mente comienza a calibrar las posibilidades hasta que finalmente le responde a su subordinado contrastando su firme e imperiosa voz con su gentil y dócil apariencia.



- Que se detenga la caravana. Todos los hombres a sus puestos de defensa y quiero que refuerzos en las carretas de los civiles se aseguren de que nadie salga herido. Mientras yo este al mando no toleraré ninguna derrota ante esos indios salvajes. –



Es así como los soldados pasan a crear una defensa reforzando 5 carretas del medio donde una gran cantidad de civiles se muestran angustiados y asustados por la posibilidad de un ataque indio. Los niños comienzan a gritar mientras sus madres intentan consolarlos como pueden fingiendo valor inexistente que es claramente notado por los pequeños que no logran apaciguarse llegando algunos incluso a llorar por temor a lo que podrían hacer con ellos los terribles indios. Entre aquel caos una sola persona se puede notar tranquila.



Un hombre ataviado con una capa de viaje se muestra acostado entre las maletas y pertenencias de los civiles permanece recostado con absoluta calma ignorando el barullo afuera mientras solo se puede apreciar un cigarrillo en sus labios siendo el mismo fumado con total calma.



-Tch, como hacen ruido. –



Se queja aquel incógnito cuya diestra es llevada hacia el cigarrillo para tomar el mismo alzándolo por encima de su rostro encubierto por una capucha que oculta su identidad y edad. Su otra mano es estirada hacia una botella de vino a la cual sorbe un prolongado trago mientras cruza sus piernas mostrando indiferencia y apatía ante la situación.



Es entonces cuando de los montes aledaños comienzan a aparecerse una gran cantidad de indios sin formación alguna. Aquello toma por sorpresa a los soldados pues jamás habían visto algo parecido. Pareciera que su intención fuera la de volverse blancos fáciles pues ningún grito de guerra, orden o ataque es lanzado por ellos.



- Soldados. Preparen!!!-



Exclama el capitán viendo en la lentitud de los indios una oportunidad de obtener una victoria fácil y asegurada. Al instante todos los hombres pasan a empuñar su rifle con firmeza para prepararse para un único y devastador ataque.



- Apunten!!-



Prosigue el rubio cuya docilidad es desechada para adquirir un semblante frío y decidido. Un hombre como él con un cargo tan elevado no podía permitirse baja alguna entre sus hombres que diligentemente pasan a apuntar hacia sus enemigos listos para apretar el gatillo y terminar con sus vidas.



- Fuego!!-



El brazo derecho del capitán es estirado hacia el frente al gritar a todo pulmón la orden final esperando un desenlace digno de alabanzas e historias haciendo referencia a su persona como el salvador de una caravana entera. Estruendos sucesivos escapan de los rifles de todos los soldados al disparar a aquellos que atentaban con su seguridad convencidos de que hacían lo mejor para la nación. Esa era la excusa que se decían a si mismos para no sentir el peso de la culpa por matar a tantos hombres que solo intentaban proteger sus territorios.



El silencio pareciera reinar por cosa de unos segundos mientras las conformes y victoriosas caras de los soldados son tergiversadas para mutar en expresiones de terror y miedo al ver frente a sus ojos a los indios comenzar a inflar su fisonomía para adoptar una grotesca forma que comienza a flotar teniendo cañones de gran tamaño apuntando hacia todas y cada una de las personas inocentes de aquel sitio… Aquel no era un ataque de indios sino algo peor, mucho peor.



-Im-posible-



Exclama atónito el capitán cuyos orbes abiertos muestran tanto sorpresa como terror reflejando el sentimiento de todos los presentes. Pareciera que el mismísimo infierno hubiera abierto sus puertas permitiéndoles a sus demonios habitantes escapar del reino de las sombras y fuego para atacar a aquellos transeúntes. De pronto y de improvisto, aquella armada de akumas pasa a dirigirse a gran velocidad hacia los estadounidenses que disparan presionados y temerosos hasta darse cuenta de que sus intentos son en vano: Aquellos monstruos son invencibles y no tardarán absolutamente nada en segar sus vidas. Los ojos de muchos son cerrados al ver su fin aproximarse, otros tantos pasan a meterse a las carretas sabiendo de antemano que las mismas no los protegerán de la amenaza que va hacia ellos. El capitán, pasa a remover su sombrero que agita resignadamente antes de apegar el mismo a su pecho cerrando sus ojos con vehemencia al tiempo que aprieta sus puños intentando despertar de aquella pesadilla…



- Realmente son una molestia. Tan a gusto que me encontraba. –



Se dice a si mismo el incógnito de la carreta al tiempo que se pone de pie para caminar hacia la oleada de akumas que se preparan para iniciar el fuego acercándose a los indefensos norteamericanos. Una prolongada calada es dada al cigarrillo que sostiene en su diestra para dejar caer al mismo comenzando a escucharse una gran cantidad de disparos siendo emitidos cual ráfaga terminando los estruendos y explosiones antes de que dicho cigarrillo toque el suelo.



Una corriente de viento pasa levantando una nube de humo y polvo haciendo que una violenta toz se apodere del capitán que abre sus ojos por inercia solo para ver ante si una escena impensable: Todos los “demonios” que se dirigían hacia ellos caen cuales moscas sin tener la más mínima oportunidad de atacar. Al frente de todas las carretas solo se puede apreciar el perfil del causante de tan asombroso exterminio. Aquel supuesto anciano que había logrado conseguir peaje usando la lástima como arma se encontraba ahora de pie extrayendo un nuevo cigarrillo para colocar el mismo entre sus labios sin prenderlo, limitándose a saborear su textura mientras en su otra mano un arma como ninguna antes vista reposa humeante. Esto llama la atención del rubio que se baja de su caballo para caminar hacia el extraño para hacerle una única pregunta:



-¿Quién y qué demonios eres?-



El misterioso hombre pasa a ocultar su arma entre su grisácea capa para extraer una caja de cerillos para tomar uno de ellos que enciende para prenderle fuego a su cigarrillo. Una calada es dada al mismo para exhalar una bocanada de humo con gran deleite siendo la misma acompañada por un suspiro. El rostro del hombre es ladeado para mirar al capitán de perfil al cual le responde en un tono sereno y firme…



- Mi nombre es Cross Marian y soy un exorcista.-
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MensajeTema: Re: Cross Roads... Preludio   Cross Roads... Preludio EmptyLun Oct 27, 2008 4:27 pm

Tardaron algunas horas en reagrupar sus filas y recuperarse del susto antes de que la caravana pudiera seguir su camino por lo que el Capitán llevó al recién presentado exorcista a una de las carretas del frente donde se dispuso a platicar con él mostrándose absolutamente interesado en lo que el pelirrojo pudiera contarle teniendo unas cuantas dudas respecto a su historia…



- Juraría que mis hombres me dijeron que el encapuchado que iba entre las maletas era un anciano incapaz de pagar el pasaje que había logrado entrar a nuestra caravana debido a la lástima que sintieron por él. –



Aquello logró que Cross desviara su mirada fingiendo no haberlo escuchado. Ciertamente había actuado cual señor de avanzada edad tosiendo y hablando de manera apagada para lograr filtrarse en su caravana sin tener que pagar o ayudar con las labores de los soldados y hombres varones. Había comido gratuitamente y obtenido excelente trato por las madres y amas de casa concienzudas que lo veían cual desamparado ancianito. Gracias a su egoísta pero eficiente estrategia había logrado tener un viaje bastante cómodo y sin obligación alguna. Claro, exceptuando la misiva que lo había forzado a dejar su lujosa habitación hacia la cual retornaba ansioso para esperar a su inútil aprendiz.



-En fin, no le demos mayor importancia a ello, el punto es que eres un héroe y tienes mi gratitud.-



-Gracias- replicó – Pero a decir verdad el haber utilizado tanto poder para acabar con esos akuma me ha dejado sumamente cansado, preferiría descansar un poco para retomar energías. –



Aquella era una total y absoluta mentira. No había más que destruido akumas de nivel 1 con la facilidad que uno tiene al jugar tiro al blanco en una consola. Pero no tenía la menor intención de seguir conversando con aquel americano, en la carreta de equipaje había una botella de buen vino que lo esperaba. Su respuesta pareció desanimar al capitán cuyo rostro mostraba cierta resolución a insistirle un poco al general, cosa que fue notada por el exorcista que reaccionó al instante.



-Me encantaría hablar contigo. Pero me temo que existe la posibilidad de que recibamos otro ataque parecido y lo mejor será que me encuentre preparado para defenderlos.-



La idea de Cross pareció funcionar pues la sola idea de recibir otro ataque como ese bastó para que el capitán reaccionara y enviara a sus hombres a preparar la carreta de equipaje donde iba el pelirrojo el cual fue llevado a la misma para continuar con su descanso recibiendo mayor atención que antes por parte de las mujeres de la caravana. Ciertamente faltaba aún bastante para llegar al desenlace de dicho viaje, pero Cross como siempre la pasaba de maravilla en el trayecto.
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MensajeTema: Re: Cross Roads... Preludio   Cross Roads... Preludio EmptyMiér Nov 12, 2008 10:27 pm

El tiempo transcurría y el recorrido se volvía monótono. Después de aquella destrucción masiva de akumas ninguna otra amenaza volvió a infortunar al soberbio general que terminó por revelar su identidad al resto de la caravana aprovechando la fama que se hizo con facilidad para conquistar a las hermosas jovencitas que caían fácilmente ante los encantos del pelirrojo terminando en situaciones apasionadas.

A pesar de tener un pendiente realmente importante y serio con su alumno. En ningún momento le cruzó por la mente la idea de desaprovechar la oportunidad de seducir a las hermosas americanas cuyos dorados cabellos y azulados orbes le parecían sencillamente exquisitos. Para cuando llegaron a Las Vegas ya todas las jóvenes atractivas de la caravana habían estado entre los brazos del encantador exorcista quien se separó del grupo en dicha ciudad de manera secreta evitando que nadie se dé cuenta. Estaba seguro que el Capitán le pediría que siguiera protegiéndolos pero no era su intención seguir en aquel sitio.. Debía de verse con su alumno y más importante, se le había agotado la reserva de botellas de vino.

-Parece que he vuelto...-

Se dijo a si mismo para observar la ciudad con su habitual ambiente alegórico y de apuestas. Aquel sitio encajaba perfectamente con el estilo de vida de Cross quien esbozó un amago de sonrisa confiado antes de cargar su equipaje y dirigirse hacia su acostumbrado hotel que por supuesto, corría por cuenta de su aprendíz.
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MensajeTema: Re: Cross Roads... Preludio   Cross Roads... Preludio Empty

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