Nombre: Auras’ en Amós Assasain
Edad: entre los 17 y 18 años.
Personalidad: Amable, Educado, Ávido, Perspicaz. Se muestra únicamente cariñoso con el Conde, a quien considera su Padre. El resto del tiempo a pesar de su aire de “cirquero” tiene sin embargo un cerebro psicópata con sed de nuevas victimas para su colección personal a quienes llama “conejos”. Tiene una mirada entre afable, distante y penetrante, se sirve de esta para ocultar sus verdaderas intenciones.
Físicamente: Posee unos profundos y duros ojos de matiz grisáceo como dos pozos sin fondo, en los que se mezclan matices azures y verdosos. El color de sus cabellos es de un azabache intenso, cortados y peinados desordenamente mas dándole una apariencia elegante, pareciesen tener vida propia, pues siempre se agitan al compás y voluntad del viento. De piel blanca semejante a la fina porcelana, suave y tersa que transmite frialdad en el contacto. Complexión delgada, esbelta. Siempre viste con un amplio y elegante tabardo que recubre sus ropajes cargados de simbólicos tribales, que se aprecia sobre todo en el área del muslo derecho de su pantalón con la forma de un sol de doce rayos solares; así las botas militares que raras veces le sirven para desplazarse por las calles.
Memoria de Noé que guarda: Terror.
Habilidades: Romper cuerpos humanos como si fueran de porcelana, una ves que "tiñe" o transforma la "caparazón" en este caso el cuerpo de porcelana, colecciona también los rostros que más le gustan luego de transformarlos. Siente una gran pasión por ellos.
Para que esto ocurra primero deja escapar una sustancia que puede encontrarse en los tres estados de la materia (sólido, líquido y gaseoso) y esta tiene que estar en contacto con la piel para que el “caparazón” vaya creándose al paso de los minutos. Puede controlar además las partes de porcelana que se han formado en su oponente.
Historia:
Nació bajo los cielos de Egipto. Hijos de cirqueros griegos.
El niño viajaba con sus padres ganándose la vida alrededor de Europa, creando mágicos espectáculos.
Desde muy pequeño, en un momento de "Desliz" transformo a sus familiares en marionetas y empezó a manipularlos haciéndoles participes para el circo, sin consentimiento alguno, así como si todo fuera normal pero él sin embargo lo manipulaba en su mente siniestra. En ese mismo tiempo empezaba a ver pesadillas de terror en los cuales le cobijaba la figura del Conde como consuelo. Pasando años así, unos cazadores y gente furiosa del pueblo destruyeron las marionetas al creer que el circo estaba maldito pues se daban extrañas desapariciones, llevándose al niño no tan niño ya crecidito.
Los cazadores lo torturaron hasta despojarle de la mitad de su cuerpo, y unos hechiceros les ayudan para separar el alma del cuerpo logrando despertar su Noé interior y en el ataque del doloroso renacer se le cruzaron los cables, dando origen al desastre, los cuerpos de todos aquellos desdichados acabaron convertidos en porcelana que fue hecha añicos con la presión del despertar. Cuando esto acabo Tyki llego para recogerle y llevarle con el Conde oculto en medio de restos de cenizas en una pequeña bolsa de color rojo donde deposito su alma, para así restaurarlo con la ayuda del Noé ya despierto y furioso junto a la retorcida mente del niño.
Después de días en una oscura habitación, el Conde consigue reestablecer su esencia como su cuerpo, al despertar el chico se descubre con la piel oscura y los estigmas en su frente a lo que el milenario gustoso le dice: “Por fin has despertado, Amós el Terror de Noé”
Este le mira con una sonrisa satisfactoria.
“Mi heredero”
