Una densa niebla negra comenzaba a tomar forma en uno de los Corredores del Arca Negra. Tomaba forma de un humano de veintipocos años, ropajes negros y cabellera cortada a la altura de los hombros, color morado. Su pentágono invertido, color igualmente índigo, se encuentra en el dorso de su mano diestra, con la cual siempre parece llevar consigo con una larga vara decorada con ramillas verdes oscuras, púrpuras y negras, y en cuyo extremo descansa una esfera color negro, desde la cual lanza sus conjuros de elemento sombra. También posee siempre unos ojos pequeños y cerrados, rasgados en una tez pálida, que cuando los abre se ven que son negros con pequeños brillos violáceos característica común de los espíritus traviesos que pueden cambiar de forma según las necesidades. La alargada vara con una esfera negra en un extremo, descansaba sobre la mano diestra de este personaje. Suele adoptar una sonrisa perpetua con los ojos cerrados (tanupii). Suele mostrarse amable y servicial, como el díctamo de su aura; se trata una persona cariñosa y muy comprensiva con sus compañeros del Círculo del Milenio, incluso puede llegar a ser así con su enemigo, para su propio beneficio, para que la gente se fíe de él. Aunque, como contrapartida, puede llegar a convertirse en un perfecto manipulador. Xellos tiene un gran intelecto y una enorme creatividad, tanto que llego a ser considerado uno de los alumnos más inteligentes de la escuela del Círculo del Milenio, para los controladores de elementos, los Génova.
Sin dudarlo, comenzó a caminar, por si el queridísimo y excelentísimo Conde del Milenio le daba una misión, cosa de la cual estaría pendiente Xellos Metallium, que era el nombre del carismático personaje.
XELLOS METALLIUM:- Habrá que esperar, supongo...- musitól para sí el Hechicero de Génova, esbozando una cínica y aparentemente amable sonrisilla