El rincón favorito del Conde [Misiones para Noé y Hechiceros del Círculo del Milenio]

Como de costumbre, nuestro regordete personaje se hallaba sentado en el puesto cabeza de la larga mesa en la cual compartía regularmente las comidas del día a día con su familia, los miembros del Clan Noé. Saboreaba un helado de chocolate con fresa y sirop de caramelo, para aquellos momentos en donde podía matar el tiempo, aunque esto no fuese cierto del todo.

En realidad, esperaba a sus ayudantes y familiares, a los cuales les podría encomendar cualquier misión para que pudiesen divertirse.

Lero revoloteaba a su alrededor, tarareando su propio nombre y también aguardando paciente.

[Off: aquí es donde se presentaran cada vez que requieran de una misión. El tema de personajes disponibles es sólo para los exorcistas. Un detalle que se nos había pasado aclarar.

Aclaro: la entrada para pedir misión se hace roleando]

Se acerco junto con Richard, se coloco su capucha como era de costumbre al momento de presentarse ante el Conde, al legar frente a el, hizo una leve reverencia.

-Acaso tiene alguna mision para nosotros?- pregunto incorporando una pregunta mas-

Recien salida de la biblioteca había optado por colocarse la usual capucha; para ella era preferible hacer esto un tiempo antes, en especial, si se contaba con el hecho de que esperaba encontrarse con su curioso maestro. Fue por este "presentimiento" por el que al llegar al gran salón y entrar en el comedor no se sorprendió mucho al encontrarse con el Conde degustando un helado y a lero revoloteando como un pajarillo que no tiene nada más que hacer en ese momento.

Al estar más adentro del comedor pudo de igual manera apreciar a dos conocidos más, por lo que una suave sonrisa se dibujo en su rostro a la hora de acercarse a estos con cautela pero a la vez la seguridad que el tiempo le había conferido.

-Buenos días, Maestro... Richard... Isabella -Saludo con la misma amabilidad de la que siempre se había visto casi encantada de llevar; mencionado así mismo el nombre con o apelativo de cada uno de los presentes. Se situo al lado Isabella, cierta parte de su rostro se veía cubierta por la capucha provocando de cierto modo un pequeño impedimento a su vista ya recubierta por los delgados y finos lentes. Su sonrisa se mantenía y dejabo de su brazo derecho, el "Abaddon" reposaba en un fino pero fuerte agarre.

-Bienvenidos, Richard, Isabella y Chikase ♥ –saludó el regordete personaje como siempre alegre. Todavía sentado, miraba a sus hechiceros casi con orgullo. Había conseguido reducir el helado por la mitad, entre la llegada de los tres personajes.- Hay tres misiones de las cuales me gustaría que se hiciesen cargo ♥ –habló informando aquello como si fuese el no-va-mas del año, y así, empezó a señalar a cada uno a medida que lo iba nombrando y designando el trabajo.- Richard, ve a investigar qué está sucediendo en Perú, tal parece que hay un caso de Inocencia, y dos exorcistas han ido directamente hasta allá. Lo mismo para Isabella, pero ella se movilizará hasta Canadá; y Chikase que a su vez le ha tocado dirigirse hasta El Cairo ♥ –Hizo una pausa, donde tomó una cucharada de su dulce y lo saboreó por unos instantes, para luego agregar: -Traten de conseguir esas Inocencias a toda costa, saben que cuento con ustedes ♥

[Off: recuerden medir sus fuerzas al mismo nivel de sus contrincantes, salvo con los que son de rangos más elevados que los suyos, que de por sí, tienen mejores posibilidades.]

Richard, escucho todo atentamente, y se dispuso a ir a peru cuanto antes, pero sin antes decir.

- Bueno hermanas, cuidense, nos veremos luego, y si me disculpa maestro... con su permiso me retiro.

Dicho esto Richard, se fue a su habitacion y se cambio de ropa, colocandose algo mas apropiado, con su traje (como el de la ficha), pero con la diferencia que si traia puesto una tunica encima, tapandole las prendas, y ademas colocandose su arma, sus guantes, los cuales llamaba skady. Luego de esto, emprendio el viaje usando el arca, para llegar asi a la brevedad a peru y alli ver que era lo que sucedia.

//Cambio de escena.

Tardo unos cuantos segundos en reaccionar a la mensión de su nombre, estaba distraida pensando en alguna otra cosa de su propio interes por el que sorprendida al escuchar su nombre pego un pequeño brinco aferrandose un poco al libro que reposaba debajo de uno de sus brazos.

-Hasta luego Richard -Contribuyo el saludo siguiendo con la mirada el camino que tomaba su "hermano", dirigió luego la mirada al Conde, dando al tiempo una suave reverencia a modo de respeto -Puede contar con migo Maestro -Musito de manera confiada y aunque la capucha le cubriera cierta parte del rostro y evitara apreciar sus facciones, en su rostro una sonrisa confiada se mostro con firmeza -Hasta luego Isabella -Seguidamente se despidió de su otra "hermana" y con los mismos pasos firmes y a la vez rápidos salió de su estancia rumbo hacia el Cairo.

[Cambio de Escena]

Entre vueltas y vueltas por el Arca, la cual resultó mucho más grande de lo que pensó, pero carente de cualquier otra cosa de valor a excepción de los Noah mismos, Deo se encontró con el Gran Salón. El lugar, tal como su nombre indicaba, era bastante espacioso y grande, y lucía muy vacío, aunque aquello no representaba una molestia para el chico.

Continuó caminando hasta que se topó con una puerta abierta de par en par y, a través de ésta, podía contemplar una larga mesa con tres figuras ocupando tres de los numerosos asientos.

-¿Y éstos quiénes son? -se preguntó al ver a los gemelos sobre la mesa, tan tranquilos y despreocupados como nadie más.

Sin embargo, su piel grisácea le indicaba a Deo que se trataban de dos Noé más, por lo que debían de ser tan valiosos como los anteriores. Una sonrisa adornó su rostro, ¿acaso podían haber más riquezas juntas en un solo lugar?

Rápidamente su atención se vio redirigida hacia el regordete personaje que estaba a la cabecera de la mesa, aunque su vista era bloqueada por ambos gemelos, no podía verlo claramente. Un sombrero alto y la espalda del Noé del Vínculo era todo lo que veía, pero pudo descifrar rápidamente quién estaba tras las figuras rubia y pelinegra.

-¿Acaso es usted el tan famoso Conde Milenario? ¿Acaso es usted a quién estaba buscando? -preguntó sin aún poder ver bien al Conde.

Antes de recibir respuesta alguna por parte del panzón Milenario, una voz aguda y tímida llamó la atención del húngaro. Alguien había lanzado una pregunta y evidentemente había sido para él, pues preguntaban si "era nuevo".

Ladeó el rostro y observó que quien le hablaba trataba de una chica alta, aunque no más alta que él, de cabello rizado y con extraños ojos de distinto color. Sonreía amablemente y sus mejillas tenían un tinte rosado, como si estuviese avergonzada por algo.

Otra más pensó Deo reconociendo a la chica como Noah, pues volvía a tener la misma sensación de familiaridad y ansias de encerrarla en una caja de cristal para mantenerla a salvo de cualquier ladrón que se la quisiese arrebatar.

-¿Así que tú también eres mi hermana? -preguntó enarcando una ceja e impregnando una dosis de sarcasmo en la última palabra. Nunca se iba a acostumbrar a aquel término, especialmente con aquella gente que sentía tan cercana y familiar, siendo que era la primera vez que los veía.

Él no era de los que llamaban cariñosamente a nadie, ni siquiera a sus hermanos de sangre que estaban en Hungría.

El Conde esperó a que todos los miembros de su familia presentes hablasen y le dejaran un espacio para intervenir. Desde que había entrado por la puerta, le había clavado la mirada a Deo, incluso estando Jasdevi interpuestos en el medio.

-Me alegra que todos ustedes estén de tan buen ánimo hoy ♥ –se hizo escuchar, después de que el nuevo hermano respondiese a las palabras de Rose- La cena tardará un poco en estar lista, así que hay tiempo para que algunos de ustedes puedan ir a divertirse por ahí. También aprovecho para darte la bienvenida, Deo-chan ♥ –ladeó su cuerpo regordete, para así verse alzando el largo sombrero en señal de saludo- la familia había estado esperando tu llegada ♥

De la nada salió un Akuma vestido con traje de gala en plan de servidumbre. En sus manos llevaba un teléfono, que al ya ser visto, también dejaba escuchar los timbrazos que venían de él, así como el vibrar del auricular. El Conde lo tomó despreocupado, sin despegar la vista de sus familiares. Asintió varias veces, e incluso se le escuchó decir un “perfecto ♥” con regocijo, mientras sus lentes brillaban. Al colgar, la máquina se retiró tan silenciosa como en su llegada, mientras que nuestro personaje villano sonreía un poco más de lo normal.

-Me preguntaba si querías ir a conocer a los exorcistas en persona, ahora que estás incorporado a esta guerra, Deo-chan ♥ –el Conde le lanzó diestramente una carta, haciéndole entender que lo iba a tratar como todos, a pesar de ser nuevo- Te permitiré que vayas allí a tus anchas y te diviertas un rato con ellos. Parece que están a merced de los Agentes que están allá… pero no los subestimes ♥ –repuso, raro en él, pero sabía por qué lo decía, después de todo, uno de sus peores enemigos estaba allí, indefenso, pero de todas formas presente.- En la carta están todos los detalles que quieras, así que lo único que te adelantaré será que podrás echarle un vistazo a El Cairo, ¿qué te parece?♥

[Off: Musi, sé que dije que postearía en El Cairo hoy, pero no alcanzó y ya me amenazan mis papás x_x Posteo mañana llegando del cole, pinki promise~ (?) Ok.. eso último sonó tan... Dx]

La interrupción del Conde Milenario en la "conversación" que apenas y se mantenía entre los Noah presentes allí instauró un silencio automático. La cariñosa terminación que empleó en su nombre no fue precisamente del agrado del húngaro, pero optó por callar.

Incluso cuando el "sirviente" llevó al rechoncho personaje un teléfono y él dedicó unos cuantos minutos en asentir repetidamente con la cabeza y murmurar una que otra palabra, el respetuoso silencio se mantuvo hasta que el mismo Conde volvió a romperlo, dirigiéndose una vez más a él con aquella molesta terminación.

-¿Exorcistas en El Cairo? -musitó pensantivo, con una expresión neutra que estaba a punto de tornarse en una expresión de satisfacción, que intentaba reprimir-. Bueno... suena bien -concluyó viendo como el paraguas flotante se le acercaba a él.

Giró sobre sus talones y, antes de comenzar a caminar, ladeó un poco su cabeza para volver a ver al Conde Milenario, quien no parecía perder aquella sobrenatural sonrisa que adornaba eternamente su rostro.

-Es bueno estar en familia -probablemente sería la única muestra de afecto que daría por el resto de su vida, pero qué va. Levantó una mano en forma de despedida general y se marchó, siendo guiado por el paraguas parlante y rosa del Milenario.

[Cambio de Escena]

[off= wiii reportándome al fin ^^ y por alguna razón me parto de la risa xDDD]




La noé caminaba por los pasillos del Arca negra, en busca del lugar donde encontraría a su maestro. Aquel hombre quien respetaba mucho, debía haberse reportado hace mucho con él, lamentablemente ciertos problemas le había hecho tardarse.

Al llegar a la sala, el conde no estaba solo, habia algunos miembros de la familia en el lugar. Solo dirigió una mirada hacia ellos, aunque atravez de esos lentes oscuros no se podía ver muy claramente su expresión.

Se encontraba en forma noé, asi que su cabello rubio ahora era oscuro, y su tez blanca también, mientras que en su frente se podían ver los estigmas que le indicaban como una noé.

- Maestro, disculpe mi demora.- fue lo primero que dijo Lulubell haciendo una leve reverencia hacia el Conde del Milenio. Espero en silencio a que él hablara, tal vez tendría alguna tarea para ella.

Zeon,el pequeño Noah de la maldad se aparecio en el salon con un aura fira y una sonrisa siniestra.Se acerco a la gran silla con su capa ondeando.El conde estaba ahi con una sonrisa de oreja a oreja

-Hola conde.Acabo de llegar y ya veo que no fue un error hacerlo

Alrededor del Conde la energia maligna se extendia y Zeon se nutria de ella con ansiedad.Con una sonrisa siniestra pronuncio lentamente cada una de estas palabras

-¿Cuando me dejaras matar a un exorcista ?

(off:donde pido mision con mi noah?Es que esto es nuevo para mi jajajaja

[Off: siento la demora. Zeon, por aquí los noé piden sus misiones en modo rol on, así que no has hecho nada malo]

-¿Cómo has estado, Zeon?♥ –saludó amablemente el Conde, y luego miró a Lulubell- Me alegra que estés aquí, Lulubell-chan. Jasdevi, me parecía que Road hace rato estaba buscándolos, así que ¿por qué no se van mejor a jugar con ella mientras? La cena tardará un poco en estar ♥

-Yo los acompañaré, Jasdevi-tama, lero –se ofreció el paraguas.

-Lulubell, Zeon, les tengo misiones a ambos. Para Lulu, quiero que acompañe a la pequeña Isabella en Canadá. Me he enterado de que allí hay un General, y estaría bien que le echaras una mano. Zeon, tú podrás ir a una misión propia por fin, allá en Nueva Guinea; hay unos nuevos exorcistas, así que podrás aprovecharlos para divertirte. Sírvanse de los Akumas que prefieran. Todos están a su disposición ♥