Una mision en New York - Cross Road´s

Por fin luego de tantas horas de viaje en aquel barco, habian logrado llegar a su destino, Alina agradecia de cierta manera esto ya que su compañero, Kanda, era una persona no muy social que digamos, por lo que le fue sumamente dificil entablar una conversacion con él y mas por como era ella. Hizo lo que pudo pero solo logro escuchar cosas relacionadas con la mision o uno que otra "che". No era lo que esperaba, pero al final se resigno y prefirio no abordar ningun tema por no disgustarlo y dejarlo tranquilo hasta llegar a New York, pero ahora que ya estaban en sus destino, debian comenzar con la mision.

-Este... Kanda.- Por lo menos habia conseguido su nombre por asi decirlo.- ¿Donde crees que deberiamos comenzar a buscar? pedir informacion no es una opcion sencilla si de quienes hablamos es la mafia.- Espero la respuesta del nipon, mientras observaba todo a su alrededor, era una ciudad enorme, asombrosa y llena de gente; sin lugar a dudas el lugar perfecto para poblar de akumas sin que estos sean percatados del todo.

[Off. Primero, disculpa, por tardarme tanto, ya sabes los motivos -sinoteacuerdastedigoenunrato- bueno mas que nada vengo para avisarte que esta sería nuestra primera misión de la saga Cross Road's, por lo tanto en el título debe decir "Saga Cross Road's]


Ciertamente lo que decía su compañera era cierto, se mantuvo en silencio estudiando el entorno mientras hablaba. Aquel lugar era realmente enorme, habían muchos lugares por el cual debían comenzar. Optó por comenzar a caminar, era pasado el medio día, tenían tiempo para averiguar algo.

Una de las pequeñas calles llamó la curiosidad del nipón por lo que optó por caminar hacia allí. El suelo estaba húmedo como si fuese poco tiempo que cesó la lluvia. Pequeños charcos formados en el asfalto entre las rocas del camino y los límites con los edificios. Caminaba tranquilo y en silencio, como si fuese solo pero sabía que no lo estaba, por suerte en el camino no había sido molestado o fastidiado. Algo extraño a cuando se encontraba en compañía.

La calle no estaba tan solicitada por las personas, eran pocas pero muy estrecho el lugar y algo asfixiante. Cantinas, Bares, Restaurantes y algunos hoteles humildes abundaban por ahí al igual que algunas personas desagradables que el nipón sólo ignoraba. Esperaba algún indicio, por más pequeño que fuese debía haber uno en algún lugar.

No le dijo nada, ni una palabra, ni si quiera la volteo a ver y esta solo opto por continuar observando la espalda del nipon que seguia avanzando y soltar un pesado y largo suspiro. Camino a su lado estudiando de igual manera a las personas o calles a sus alrededores. Esta bien admitia que si era callada y de cierta manera le gustaba el silencio, pero esta era completamente exagerado, por primera vez se sentia muy incomoda. Fue tanto su distraccion que no se fijo y golpeo a un tipo en el hombro.

-Ah. Lo siento tanto.- Se volvio a este y entonces no pudo evitar examinarlo detenidamente. Llevaba un traje muy elegante para la estar en esa zona caminando como si nada y la expresion que ahora mismo le dirigia a Alina era severa y fria.

-Fijate chiquilla.- Le escupio las palabras y entonces continuo caminando.

-Pero que tipo tan idiota.- Dijo en voz baja Alina, sin quitarle la mirada, mientras se seguia alejando.- ¿Es extraño?- se quedo quieta en su lugar.

Se detiene, y mira sólo con el rabillo de los ojos y frunce el ceño. Sospechoso, vestido elegantemente y con ese tipo de vocabulario. Parecía que tenía prisa, cosa que más le llamaba la atención al nipón, dio media vuelta hacia el lado contrario y comienza a caminar

-hay que seguirlo con precaución...-fué lo unico que dijo siendo casi un susurro.

Vió que aquel sujeto volteaba a la esquina, hacia la izquierda con cierto paso apresurado, permitiendo que su largo abrigo se abriera paso ante el aire. El nipón se detuvo en la esquina asomando con cuidado la cabeza, haciéndolo de la forma más discreta posible para así no levantar más sospechas. De por si sus ropas llamaban la suficiente atención con aquellas túnicas de la orden.

El sujeto seguia caminando y a cierta distancia el nipón avanzó haciendo, con la mano descansando en un costado, hizo una seña para hacerle entender a su compañera que le siguiera. Seguirían en silencio, pero entonces aquel hombre entró en un lugar, cerrando la puerta de golpe que la hizo vibrar un poco por el impulso. Decidió detenerse y luego seguir caminando, pasando las ventanas de aquel edificio, sin siquiera mirar ni detenerse nuevamente. Al llegar a lo que parecía ser el límite entre ese edificio y otro fue cuando decidió detenerse y recargarse en la pared manteniendo la mirada en la puerta agudizando sus oidos para escuchar aunque fuese el más mínimo ruido o palabra.

Sigui al samurai e hizo todo lo que le pedia este, guardando el mas profundo silencio, aparte de que podrian logra algo con esto, si los descubrian por su culpa, sentia que su compañero no se lo perdonaria en toda la mision y quizas no lo haria nunca. En realidad no estaba segura, pero temia que eso fuera.
Espero a ver que conseguian parados alli, pero ella solo escuchaba murmuros, esperaba que Kanda si escuchara mejor en ese sentido.

-Te tardaste.- Se escucho una voz grave.

-No me molestes.- Contesto el tipo con el que habia chocado Alina.- Las calles son un asco desde que ese idiota de Larri llego, no es facil salir sin que busquen problemas o algo mas.

-Pues no sera solo Larri quien te de problemas sino traes contigo lo que se te pidio.

-Callate, traigo la informacion que me encargaron, asi que no me molestes.- Se escucharon unos pasos y las voces dejaron de escucharse.

Alina se separo de la pared y parpadeando un par de veces miro a Kanda.- Oye Kanda, no se porque pero siento que si hay cierta relacion con nuestra mision.- "Y eso que no lo habia escuchado claramente" dijo en voz baja.

-El problema ahora será entrar. O seguir al pendiente...-Dijo sin quitar la vista del suelo. Se hayaba recargado cn los brazos cruzados y la vista baja, pensando. Si bien entrar así como así sería muy precipitado y estúpido. Pero si se quedaban ahí en algún momento serían descubiertos por alguien. -maldición- soltó. De alguna forma tenían que cubrir la insignia de la orden que llevaban puesta ambos.

Nunca se sabría quien es parte del juego del Conde. Debían ser cuidadosos. Sabía que no era suficiente pero con su cabello cubrió la insignia de la túnica que la Orden les había brindado a ambos. Se despegó de la pared y dejó sus brazos caer a sus costados.

-Ten cuidado con la insignia... en este lugar puede ser peligroso. Busquemos más información...-

Dijo dándole la espalda a la chica y buscando el lugar indicado para empezar...

Vio que Kanda cubría la insignia y entonces miro la suya.- ¿Como se supone que la esconda?- se pregunto y seguido recordándolo, saco de su mochila una capita color café oscuro y se la puso tapando de esa manera la insignia.
Siguió a Kanda por detrás en silencio.- Así que debemos buscar información.- Miro todos los rincones de aquel lugar, si que había algunas personas, pero no convenía llegar a preguntarles por el simple hecho de que los que estaban por esta zona, no dirían nada.

-Vayamos a un lugar mas alejado de aquí, claro que no lo suficiente, para conseguir información de alguien que haya visto algo.- Dijo avanzando al paso de Kanda y colocándose a un lado de este.- Preguntemos a alguien fuera de esta zona.- Mientras ellos seguían caminando, alguien a un poco distancia de ellos los seguía con la mirada sin perder algún detalle de estos.

(Off. Siii lo se. No tengo ni perdon de Dios por lo que me demore, pero es que me fui de vacaciones y mas aparte regrese a clases y pues para mi los primeros dias son muy pesados porque es cuando debo acostumbrarme jejeje mas otras cositas, prometo que no me vuelvo a demorar tanto, de nueva cuenta perdon =_=)

Después de varios minutos de caminar sin obtener ni una gota de información el nipón se detuvo por primera vez en todo el camino. Miró a los lados y luego se mantuvo tranquilo. Sentía una molestia desde hacía ya mucho rato. Poco después de haberse retirado de aquel lugar. Se dió una vuelta bruscamente y desenvainó la espada con una rapidez sorprendente. Nadie. Sólo su compañera. Volvió a su posición sin envainar su espada y miró con cuidado los alrededores.

-alguien nos sige...-soltó y dió dos pasos hacia atrás.

Calló unos segundos y un leve ruido le anunció el paradero de aquella persona. De un sólo movimiento rápido y hábil su espada estaba en el cuello de un hombre que estaba detrás de una pared.

-¿quién eres tu?- cuestionó sin quitar la espada.

Es así como se aprecia a un akuma flotar con gran prisa mostrándose notablemente apresurado. El nerviosismo le carcome los dientes al sobrevolar aquella ciudad a una altura indebida pues era fácilmente detectable por todos los transeuntes que miraban sorprendidos a aquella criatura.

- Tengo que apresurarme y encontrar a más exorcistas pues al parecer Cross-Sama se encuentra en necesidad de apoyo extra. Tengo que encontrar exorcistas, tengo que encontrar exorcistas... TENGO QUE ENCONTRAR EXORCISTAAAS O VOY A EXPLOTAR DEL NERVIOSISMO-

Exclama antes de chocar de manera abrupta contra una azotea de una gigantesca iglesia de gótica construcción. Tras aquel violento choque una de las gárgolas pendientes pasa a resquibrajarse hasta caer contra el akuma golpeado e inconciente en el suelo para dañarlo severamente.

Los minutos pasan y finalmente ese mismo akuma despierta mostrándose gravemente golpeado y muy confundido. Sus manos metálicas son llevadas a su cabeza que sostiene con firmeza.

- ¿Quien soy? ¿Cual era mi deber?...-

Su mente comienza a dar vueltas recordando sus últimas palabras desafortunadamente sus memorias le llegan de manera entrecortada.

- Encontrar exorcistas... explotar... Ahora lo recuerdo! Debía de hayar a un exorcista y explotar junto con él!-

Aquella gravísima mal-interpretación termina en una respuesta por parte del akuma quien retoma su presurosa carrera hasta aproximarse a ambos exorcistas.

-Ahí hay dos! debo de explotarles!!!!-

Grita antes de aproximarse a ambos exorcistas y explotar de manera violenta. La explosión de aquel akuma pasa a tomar por sorpresa ambos exorcistas que caen a ambos costados de la calle con sus cuerpos severamente heridos. Debido al bajo nivel del akuma la explosión no logra matarlos más sus cuerpos reciben severas fracturas y heridas en conjunto con algunas quemaduras. La multitud pasa a rodear a ambos soldados mientras un buscador que pasaba por la zona corre a ayudarlos preparándose para llevarlos de vuelta a la Órden Oscura..