Salon de entretenimiento

Un gran salón se cierne entre los incontables pasillos del Arca, recubierto por un suelo de fina madera y adornado con una serie de finas lamparas de oro puro que aunando los grandes libreros otorgan un toque sumamente elegante, el cual se vuelve mas alegre al notarse una gran cantina en la que reposa uno de los Akumas sirvientes del lugar, por otro lado en el centro del cuarto se divisa una gran mesa de billar que junto a una gran cantidad de diferentes cómodos asientos brindan uno de los mayores espacios recreativos del extraño hogar de aquellos que llevan los genes de la creación.

- Wooo, esto se ve bien... - Exclama el joven peliblanco entrando con su alivianado andar en el lugar, acercándose entusiasmado a la mesa de billar, para analizarla totalmente, de la nada el Akuma encargado de aquella habitación aparece tras del Noé.

- Gusta algo de tomar Reno-sama? -

- Sama... suena raro, pero claro, traeme un Wishkey - Responde el joven con una gran sonrisa que delata sus afilados colmillos mientras dirige su purpureo mirar en los libros ordenados alfabéticamente.

-Jiiii!!! Tú debes ser un Noé!- Pregunta demasiado estúpida hecha sin ningún pensamiento analítico detrás pues la bipolar e hiperactiva carisma de aquel sujeto de ropajes osucros se denotaba al lelgar a aquella sala tan lujosa y de gustos finos. Una sonrisa de oreja a oreja sería lanzada al chico de cabellos blancos mientras que caminando hacia éste de forma rara se sale de entre sus ropajes un pequeño frasco de vidrio conteniendo una especie de líquido rojizo. Sus orbes se desvían rápido al objeto que llevaba consigo para que sólo por aquella acción su carácter se contolace al original. -Disculpa... Me presento soy Xnipek Pax, noé del llanto- Su eterna seriedad y presencia obvia harían que un akuma saliera escurridizo de entre aquellos asientos de piel y le proporcionara un poco de agua fresca.

Asintió con la cabeza en símbolo de agradecimiento para después sentarse en la mesa de billar frente a su compañero y cruzando la pierna de forma elegante le da un par de sorbos a la fina copa, sus labios y siniestra pareciesen que apenas rozaban el cristal. Sus ojos se cierran y su cabello cae hacia su frente para taparle ambas mejillas pálidas. Esperaba respuesta positiva o satisfactoria de su hermano pues su físico aparentaba un carácter algo alegre, aunque las apariencias engañan (Xnipek sabe mucho acerca de se tema)

- Hah?... ya veo, pues llámame Reno... mas simple - Responde el joven dándose media vuelta hacia su recién llegado hermano, al tiempo llega su bebida la cual es recibida con la mano siniestra para darle una ligera probada, el sabor claramente le agrada, aunque un gesto de su rostro hace notar que falta un detalle, enseguida el baso comienza a empañarse conforme la energía congelante del Noé baña este mismo.

- Eres nuevo en la familia... al igual que yo? - cuestiona tras otro sorbo sin despegar sus purpúreos orbes del recién llegado.

-Si... se siente algo...- Su oración es interrumpida debido a un golpe estruendozo producido por su cabeza en contra de la mesa de billar, pues se ha estrellado en ésta con tal fuerza que sólo le saca una sonrisa; sus manos desparramadas y sus cabellos cuales fideos sacados a remojar se encontraban en el puro verde tapiz de dicha mesa. Los cristales rotos de la copa yacían justo al lado suyo, mojando parte de sus cabellos y la parte que quedo más grande seguía balanceándose un poco.

-Jejejeje...- Se siente algo raro ser parte de una familia tan aclamada!!!!-Su tono de voz cambia a uno más sarcástico, divertido y juguetón. Sin cambiar aquella extraña personalidad se para lentamente y se sienta en uno de los sillones agarrándose el pelo y peinándolo, intentando secarlo un poco para después adquirir otra posición más elegante y con la diestra señalarle a su compañero el asiento en frente suyo para que lo acompañase a la plática.

Se limita a contemplar la peculiar escena mostrada por su compañero, mientras que de modo calmado y paciente da continuos sorbos a su bebida helada, y es cuando nota la incitación que una ligera sonrisa aparece en su rostro para después responder tomando asiento frente a su hermano, sus ojos claramente se encuentran centrados en el extraño sujeto de doble personalidad, con un extraño brillo presente en ellos.

- Es una lastima que seamos los jóvenes aquí... ya que el Conde guarda las misiones interesantes para nuestros hermanos... mayores - Exclama el joven tomando una posición poco elegante pero de máxima comodidad al recostarse en un extremo recargando sus piernas en el otro extremo, mientras que con ambas manos juguetea con su bebida.

-Me temo que estas en lo correcto,mi querido hermano Reno; aunque ya verás... algún día no muy lejano nos darán misiones que valgan la pena. Espero que pronto nos den nuestra misión pues me encuentro impaciente- El noé del llanto le comenta con ansiedad a su hermano mientras que uno de los akumas se da a la tarea de limpiar por completo la mesa de billar y dejarla impecable. Después le proporciona una nueva copa de vino tinto al joven "multifacético" el cual lo reibe y asiente con la cabeza en forma de agradecimiento.

Varios sorbos pequeños son dados a aquel cristal tan fino, derramando aquel líquido tan caro y de buena cocecha. -De dónde eres? Cuál es tu historia?- Le pregunta con voz intrigosa a aquel ser semejante a él cual ojos bicolor se postran fijos y atentos y la copa es movida ligeramente, jugueteando con el movimiento del líquido siendo contenido, casi nada inerte.

- Mi historia... eso no es importante, de hecho es aburrido... basta con saber que hago lo que quiero - Exclama el joven un tanto extrañado por la pregunta tomando directamente una posición defensiva ante la cuestión de su hermano, inclusive toma de un sorbo lo poco que queda de su bebida para después azotar el contenedor contra una mesilla a un lado de su asiento acompañando el estruendo con un ligero brinco con el que queda de pie sin perder la mirada de su acompañante.

Antes de poder articular una nueva respuesta su atención se centra en un recién llegado, un Akuma que a pesar de un claro sentimiento de inferioridad toma un firme andar en dirección al desvergonzado Noé con intenciones de entregarle un documento mandado por el mismísimo Conde del Milenio, en el cual encarga una misión a manos del familiar de la Soledad.

- Vaya parece que al fin entrare en acción... lo siento hermano, nos veremos después - Agrega con una gran sonrisa en su rostro cambiando su tranquilo mirar, que ahora se postra en la puerta frente a el, por un diabólico par de orbes que destellan cuan si fueran finos cristales.

Es así que el joven emprende un camino, siendo guiado por el sirviente antes mencionado en dirección a la puerta que le mandara directamente al país del objetivo en cuestión, saliendo del lugar sin mayores complicaciones.

-Jhm jhm jhm... me llevaré bien con mi hermano- Dice para sí mismo el Noé del llanto que escondiendo su cara intencionalmente, detrás de esos cabellos azabache e ignorando al akuma recién llegado se levanta levemente de su lugar y consigue alcanzar una bola de billar. La analiza, griándola con la siniestra y observando su reflejo en aquella cara infinita pide una copa de vino tinto, sólo con la mirada hace que el akuma entienda y acate su orden. Ya con la copa en mano sus pasos alcanzan la mesa de billar para recargarse en esta y poner la copa en el marco de dicha mesa peculiar, su sonrisa inmensa esperaba ansiosamente el asignamiento e una buena misión.

El joven noé sonrie al oir las noticias de aquel akuma de nivel dos, que con tal elegante porte se acercaba para entregarle dichosa carta enviada por su querido Milenario. Sin dignarse a voltear recoge la carta presente en la bandeja y la abre con delicadeza, con una sola mano (pues con la otra sostenía su copa). Un rato de silencio lo rodeaban mientras que el ser concnetrado leía atento la carta, su entusiasmo se hacía presente cada vez más, así que decide retirarse de una vez a su misión asignada en Rusia.

-Perfecto, allá iré- Se levanta de su antiguo lugar de reposo mientras mete la carta de nuevo al sobre y la cierra para dejarla en la bandeja de nuevo, tal como la había recogido hace un momento atrás. El akuma desaparece de inmediato, cruzando todo el salón y saliendo por la puerta, mientras que el Noé comeinza a sufrir un cambio físico; unas ondas lo rodeaban ascendentemente al mismo tiempo que éste comenzaba a difuminar su imagen en el ambiente y comenzar a desaparecer paulatinamente y sin dejar rastro.