Designio de misión [Klaud Nine & Chaos Schwarzen]

Komui, solo en su santo despacho era el único que aguardaba en esta ocasión tanto a la General mujer de la Orden y a la pequeña Chaos, la más menor entre todos los exorcistas hasta ahora. Fingia leer unos documentos que en realidad eran meros garabatos hechos al azar, para que todos pensasen que por los momentos cumplía con "su labor". Reever estaba en uno de los laboratorios atendiendo a los científicos y asuntos con el Arca (nuevas puertas qué crear), por lo que, volviendo a repetir, sí. Komui estaba solo.

Al menos por los momentos.

En ese momento la tranquilidad y silencio del despacho fue interrumpida por unos sutiles toquecitos en la puerta del despacho, seguidamente la misma pasó a abrirse cuando quien se había anunciado encontró la manija de la puerta sin seguro. Unos suaves toqueteos como sobre paredes huecas empezaron a escucharse y a hacerse más cercanos con cada paso. La elegante silueta de la general no se hizo esperar en el despacho, con el oscuro uniforme de la Orden y en su hombro su fiel mascota Lau Jimin, quien observaba con curiosidad infantil las extrañas actividades del chino.

- Aquí estoy, Komui. ¿Me necesitabas para algo? – musitó la mujer tranquilamente pero directa como solía ser sin muchos rodeos. Esperaba que se tratase de algo importante como para que le hiciesen llamar, tampoco era para tanto más se esperaba que no se tratase de algo tan ligero.

En ese momento, la pequeña exorcista novata irrumpió en el despacho del supervisor con una delicadeza y lentitud similares a las de un torbellino.

- ¡Hey! - Dijo con una infantil sonrisa que no reflejaba ni el más mínimo resquicio de cansancio. Como siempre, parecía que Chaos no se cansaba nunca de hacer cualquier cosa a una velocidad espantosa, más bien al contrario: parecía que cuando más rápido iba, más rebosaba de energía para seguir adelante, y muchas veces la gente cercana a ella acababa agotada y mareada sólo con ver a la niña.

- ¿Hay alguna misión? - Preguntó rápidamente, luego pareció percatarse de la presencia de la general, a la que se quedó observando durante unos segundos hasta que decidió presentarse.

- ¡Hola! Mi nombre es Chaos Schwarzen, y ésta es mi arma anti-akuma - Dijo mientras alzaba su peluche con sus pequeños brazos - Encantada de conocerla, el general Tiedoll me habló hace un tiempo de usted... Su nombre es... Klaud Nine, no? - Preguntó a la mujer.

Como si hubiese pasado una tormenta de medio día, entró en el despacho una pequeña niña uniformada que sujetaba en su regazo un peluche remendado varias veces. Su tierna carita parecía un sol iluminando a su paso por la estancia. En cuanto la niña entró Klaud no consiguió quitarle a mirada de encima así como su mascota, estaba realmente impresionada con la edad de la chica que creía sería su compañera en aquella misión, a la rubia se le encogió el corazón ¿cómo era posible que una niña inocente como ella participase en la guerra? ¿Qué estaban pensando los de la Central en dejar luchar así a una exorcista? Y aunque fuese un prodigio y mucho más… ¡era una niña!

De acuerdo, su instinto maternal se había asomado demasiado pronto. Hora de retomar la calma.

- Así es… - la mayor no pudo evitar sonreírle levemente, era difícil tomar una actitud seria con lo niños – es un placer conocerte Chaos… ¿ya has estado en una misión antes? - le preguntó sin reprimir más su curiosidad, tenía que saber al menos si la pequeña había estado frente a un akuma antes. Sabía que no estaba bien subestimar a los demás por su apariencia… pero a la general en lo que llevaba viendo a lo largo de su carrera en la Orden Oscura era un caso bastante único. Y después ya hablaría con Tiedoll.

Komui tampoco pudo evitar soltar una sonrisa al ver la energía que emanaba Chaos, casi contagiosa.

-Chaos-chan, hoy vas a tener una misión especial con la General Klaud –respondió el hombre acercándose a la niña y colocando una de sus manos sobre la cabeza de esta de forma paternal. Miró a la mujer mayor, y también sonrió cordialmente, haciendo a su vez una leve inclinación a modo de saludo- Me alegro que haya acudido a mi llamado, Klaud gensei. Ahora mismo les daré los detalles de la misión.

En un pueblo cercano a los límites de Canadá con Alaska, donde casi todos los días está nevando, empezaron a suceder casos de asesinatos muy peculiares y alarmantes. Se habla de un asesino en serie que mata tres personas por noche, y que sus víctimas, al ser encontradas en el amanecer, carecen totalmente de columna vertebral, así como presentan serias heridas en la espalda quizá por la extracción de la misma. Esto se ha sucedido desde hace unas semanas, y ya tiene al pueblo en general envuelto en pánico.

Lo que nos llama la atención en éste asunto, es que casi al mismo tiempo empezaron a haber apariciones de Akumas por la zona, bien sea en sus afueras, o incluso en el centro de la misma, atacando y desapareciendo luego como si nada.

Terminando de leer el informe, el Supervisor miró con algo de preocupación a Chaos y luego significativamente a la General.

-Cuídense mucho las dos, sobretodo tú Chaos, no te metas en problemas sin necesidad y se una buena niña ¿Vale? –Komui le revolvió los cabellos a la chiquilla sonriendo, no sin pesar- La puerta al Arca hasta allá está abierta, así que pueden partir ahora mismo.

– es un placer conocerte Chaos… ¿ya has estado en una misión antes? - le preguntó la general

- Yosh... La verdad es que esta es mi primera misión... Pero haré todo lo que pueda para no fallar! - Afirmó con una voz decidida y su habitual sonrisa, luego escuchó con atención la información de la misión. Al oír que las víctimas encontradas al amanecer carecían de columna vertebral no pudo evitar sentir un escalofrío.

- Ugh... Es terrible - Susurró la pequeña exorcista, abrazando su peluche con más fuerza.

-Cuídense mucho las dos, sobretodo tú Chaos, no te metas en problemas sin necesidad y se una buena niña ¿Vale? –Komui le revolvió los cabellos a la chiquilla sonriendo, no sin pesar- La puerta al Arca hasta allá está abierta, así que pueden partir ahora mismo. -

- Haaaai!- Dijo Chaos animadamente - No me meteré en problemas y andaré con mucho cuidado - Prometió la niña. Luego caminó hasta la puerta - Vamos, Klaud gensei? - Preguntó

En cuanto la niña terminó de hablar, Komui expuso los datos de la misión. Al parecer se trataría de uno de esos casos que son extremadamente delicados para la Iglesia en cierto modo ya que provocaban olas de pánico en la gente y eso solo conllevaba al desastre. Memorizó agudamente los aspectos primos de la situación como solía hacer durante el trabajo, siempre con atención y llevándolo lo mejor posible. Un caso de asesinato con marca determinada… empezaba a creer que la misión sería impactante viese como se viese, en ese momento miró a la pequeña quien abrazaba su peluche con más fuerza. No le gustaba la idea de que Chaos se mezclase en un asunto tan grotesco como aquel.

Salió de sus pensamientos cuando la niña le llamó para que se fuesen, muy a pesar de todo notaba los ánimos de la pequeña por desempeñar su labor como exorcista y eso le dio a entender que pese a todo estaba tratando con alguien que no sería tan fácil de traumatizar. La chiquilla estaba dando lo mejor de sí para ser su primera misión, no se había acobardado con los términos. De alguna manera eso le aliviaba y recordaba que pese a todo, su compañera era una exorcista y debía darle un trato como tal. Así que asintió sonriendo con levedad mientras se reincorporaba para dirigirse a la salida junto con ella.

- Sí, no perdamos el tiempo – le dijo con tranquilidad, luego se volvió al supervisor de la Orden – llegaremos al fondo de este asunto cuanto antes, puedes estar tranquilo Komui – agregó con seguridad. Así se dirigió junto con la pequeña a la salida del despacho para llegar a los laboratorios y de esa manera abordar la puerta del Arca que les llevaría a su destino. Uno muy cruento, pensaba la general.

[Cambio de escena]