Lo que en un principio fueron penunbres, pasaron a ser una cauta luz en el momento en que, con parsimonia había escendido la luz para dar una pequeña ojeada a lo que era su habitación. Sus grisaceos ojos, tan opacos que aveces semejaban el no tener mucha expresión en ellos dieron un rodeo rápido al lugar, tan sencillo que de cierta menera le parecía solitario.
Entro al lugar cerrando la puerta tras de si, con lo primero que se tomo fue con el espejo que adornaba la estancia, miro su reflejo en el quedandose casi ensimismada observando su imagen -con el uniforme reglamentario -reflejada perfectamente. En un principio hubiera querido quedarse con su ropa habitual, esto al pensar que tendría que usar algún tipo de falda, mas al ver que su uniforme era un pantalon semejante al que ella misma llevaba no demostro desacuerdo al tener que usarlo.
Cuando creyó que era suficiente tiempo de mirarse al espejo, dio un nuevo rodeo hasta posar su mirada el reloj de la esquina, era pues, demasiado temprando para comer y demasiado tarde para dormir; llevandola esto a optar por sentarse en el marco de la ventana, permitiendo de este modo que el viento revolviera sus cabellos eternamente atados en dos coletas altas. En su mano derecha colgaba el crucifijo, que al igual que su cabello se agitada con mas sutileza por el viento. Penso en ese momento que se tomaría aquel tiempo para reposar y al mismo tiempo darse el lujo de rememorar buenos tiempos ya pasados.
Pasado un tiempo que creyó conveniente, se retiro de su cuerto encaminandose ahora a la sección cientifica, ya que al salir del cuarto un golem mensajero había tomado la lavor de informarle sobre su proxima misión.
[cambio de escena]
